El régimen de Nicolás Maduro quiere aprovechar que el socialista de Pedro Sánchez está en la presidencia de España para aligerar las sanciones económicas impuestas desde la Unión Europea. Periodista Digital América ya había adelantado que el embajador chavista, Mario Isea, había confesado su interés de llegar a acuerdos con Pedro Sánchez y el resto de su Gobierno para cesar las sanciones y renegociar las condiciones de las relaciones bilaterales.
El plan sigue sobre la mesa. Así quedó en evidencia en la reciente reunión celebrada entre el ministro en funciones de Exteriores, Josep Borrell y su homólogo venezolano Jorge Arreaza. Un breve encuentro que bastó para que las declaraciones del representante del PSOE tomarán una línea al ‘estilo Zapatero’ y aboga por favorable a “una solución pacífica, democrática y decidida por los venezolanos, mediante la celebración, a la mayor brevedad posible, de elecciones presidenciales conformes a los estándares internacionales”.
En el mismo sentido, ha agregado el “firme apoyo” de España al proceso de Oslo “como la mejor alternativa, en el momento actual, para llegar a una solución de estas características“, en alusión a las conversaciones que mantienen el Gobierno venezolano y la oposición en Noruega. Es decir, a un proceso que, una vez más, sólo ha servido para dar nuevo oxígeno a la dictadura chavista, lo que ha ayudado al fortalecimiento del régimen, así como la llegada de ayuda militar proveniente de Rusia.
En Madrid nos reunimos con el Ministro de Exteriores del gobierno español, @JosepBorrellF. Revisamos nuestra relación bilateral y compartimos el interés de avanzar por la ruta del diálogo como única vía para garantizar la prosperidad de Venezuela. pic.twitter.com/L1uFI1cVG6
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) 26 de junio de 2019
Advertencia de EEUU
Ante el peligroso acercamiento entre el Gobierno de España y el chavismo, Estados Unidos ha urgido a la Unión Europea y a España, a quien concede «un papel específico» en la resolución de la crisis venezolana, a aumentar la «presión» sobre el Gobierno de Nicolás Maduro, a través de las sanciones y del reconocimiento como auténticos embajadores de los representantes enviados por el autoproclamado «presidente encargado», Juan Guaidó.
«Sabemos que Maduro va a caer, eso está claro para Estados Unidos, la cuestión es cuándo», ha dicho la subsecretaria del Departamento de Estado norteamericano para Cuba y Venezuela, Carrie L. Filipetti, en un foro organizado en Madrid por la Cámara de Comercio estadounidense en España.
En respuesta al apoyo al diálogo de Borrell, Washington reconoce que es «escéptico» con Oslo debido al historial de negociaciones entre el Gobierno y la oposición, que arroja tres fracasos en seis años, porque –según ha denunciado Filipetti– Maduro las usa «para socavar el proceso democrático».