Los servicios secretos de Estados Unidos sacaron de Rusia a uno de los mejores espías por considerar que podría peligrar su vida. La decisión se tomó en 2017, según desveló CNN, meses después de que Donald Trump llegara a la presidencia.
Cinco fuentes revelaron al citado medio que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) temía que el nuevo presidente diera a conocer información clasificada que pusiera en peligro la vida del agente secreto. La preocupación se avivó cuando Trump se reunió en privado con Vladimir Putin y no permitió compartir las notas del intérprete, por lo que nadie supo de qué hablaron ambos dirigentes.
En otra reunión del presidente Trump, esta vez con el ministro ruso de Asuntos Exteriores y en la Oficina Oval de la Casa Blanca, el presidente compartiría información confidencial sobre el grupo terrorista ISIS. Fue esto lo que presuntamente hizo que Mike Pompeo, entonces director de la CIA, dijera a otros altos cargos del gobierno que se estaba conociendo demasiada información respecto al espía en cuestión. De acuerdo a CNN, antes de que se supiera más y se puesiera en peligro la vida el agente, lo sacaron de Rusia.
Un portavoz de la CIA desmintió la información e indicó que es “inexacto” que la agencia tome decisiones basándose en la forma en la que Trump gestiona la información confidencial. El servicio secreto asegura que decisiones como esa se toman en función a análisis objetivos y datos consistentes.