Los niños son el grupo de riesgo más perjudicado por la crisis humanitaria que sufre Venezuela. La nutricionista clínico Rosisella Puglisi ha explicado, a través de su participación en el programa ‘The American Show’ de Periodista Digital América (PD América), que «la hambruna en Venezuela genera daños cognitivos irreversibles en los niños». En este sentido, precisa que «las madres se encuentran desnutridas durante el embarazo, lo que evidentemente perjudica al bebé y a su estado de salud». Una situación que se agrava cuando, en el proceso de crecimiento, los jóvenes venezolanos no cuentan con los nutrientes básicos para su desarrollo.
Puglisi desmiente las afirmaciones de que en Venezuela existen supermercados llenos de comida o que existe un elevado consumo de cadenas de comida [como McDonald’s y Burger King]. «En los últimos meses se ha generado una nueva tendencia: La apertura de ‘bodegones’ donde se encuentra una gran variedad de productos importados de Estados Unidos. Sin embargo, se tratan de golosinas, chucherías y otros tipos de productos con un bajo o nulo valor nutricional. En este sentido, se pueden ver los escaparates llenos de productos, pero ninguno que ayude a paliar los efectos de la escasez de los alimentos básicos».
Con respecto a las cadenas de comida, la nutricionista clínico puntualiza que «existen y están abiertos, pero la compra de un menú equivale al precio de un kilo de carne, por lo que las familias optan por una alimentación más sana que por un capricho». En este sentido, Puglisi afirma que la famosa frase de Ínigo Errejón de que «en Venezuela se come tres veces al día» es una mentira abismal: «Los venezolanos solo pueden escoger una sola comida. Quienes optan por el desayuno, suelen comer una arepa sin relleno, mientras que a lo largo del día sólo tienen a disposición arroz o pasta. Eso sí, el acceso a las proteínas como carne o pollo es mucho más limitado. El pollo sólo se come una o dos veces a la semana, mientras que la carne es un producto de lujo que se consume una vez al mes».