La justicia de España quedó mal parada por confíar en la palabra del narcogeneral chavista Hugo ‘el pollo’ Carvajal. La Audiencia Nacional española decidió autorizar la extradicción del exjefe de inteligencia del régimen bolivariano, lo que supondría que Carvajal tendría que defenderse contra las acusaciones de querer «inundar» con toneladas de droga ese país, y por sus relaciones con grupos terroristas y narcotraficantes como las FARC colombianas. A espera de la notificación oficial, la familia y el abogado del narcogeneral chavista mintieron al afirmar que estaba dispuesto a entregarse a las fuerzas de seguridad de España y, por ende, que no había riesgo de fuga.
«Los familiares de Hugo Carvajal me acaban de informar que él está dispuesto a entregarse a la justicia si finalmente se confirma esta decisión judicial», afirmó en una entrevista con ‘Dígalo Aquí EVTV’ el periodista David Placer, quien ha mantenido una relación directa con la familia del narcogeneral chavista. Sin embargo, la situación real fue otra, ya que los agentes no lo encontraron cuando fueron al domicilio en Madrid que el exmilitar había comunicado a las autoridades españolas tras quedar en libertad el pasado mes de septiembre.
Ingenuidad de la justicia española
La trayectoria y el proceso de Hugo ‘el pollo’ Carvajal dejaban importantes pistas de su posible fuga de España. Es importante recordar que Carvajal, de 59 años, fue detenido en España el pasado 12 de abril en virtud de una orden de arresto de Estados Unidos, que lo reclamaba por haber querido “inundar” ese país con toneladas de cocaína, que introducía supuestamente en ese país con ayuda en ocasiones de la cúpula de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Y todo ello, según la justicia de Estados Unidos, dentro de una “estrategia dirigida desde la Presidencia de la República” de Venezuela.
l pasado septiembre la AN había denegado la entrega y lo puso en libertad al considerar que Estados Unidos la pedía “por una motivación política”, dada su condición de antiguo jefe de la contrainteligencia venezolana, y reprochó a las autoridades norteamericanas que no había concretado los cargos que le imputaba. Sin embargo, la Fiscalía recurrió esta primera decisión y el tribunal decidió finalmente el viernes pasado aceptar la extradición.
Carvajal había alegado ante la Justicia española que la petición de Estados Unidos carecía de fundamento y respondía a motivaciones políticas puesto que, según dijo en su momento su abogada, lo único que pretendía ese país era sacarle información sobre el gobierno de Chávez. “Yo en la justicia de Estados Unidos no confío (…) No voy a tener derecho a la defensa de ningún tipo y a promover pruebas tampoco”, enfatizó ante el tribunal español.
