A menudo los laboratorios del centro de comunicaciones y de voluntad popular nos atacan en redes, acusándonos de solo señalar defectos en el sector opositor.
Bueno es aclarar. No me leen. He denunciado muchísimas veces al oficialismo y su gobierno. El problema es que su nivel de tiranía es tan alto, que ya no se preocupan por las denuncias en su contra y como el TSJ opera como su bufete personal, eso sencillamente es como si no existiera, aunque siempre señalamos hechos y denuncias en su contra.
La preocupación principal de todo venezolano que quiere cambio es sacarlos del poder, para que una opción mejor llegue a manejar el Estado. Nos preguntamos ¿Realmente por qué esta gente ha durado tanto y por qué los que se identifican como oposición no han podido relevarlos?
Vale recalcar esto: Tenemos que empezar a definir lo que significa ser verdaderamente opositor y no aparecer identificado como uno, para otros fines.
Asimismo, se supone que quienes encabezan la lucha contra Maduro, no solo deben ser distintos, tienen que ser mejores. ¿Esto último se cumple?
Los chavistas han sido indudablemente más corruptos que la MUD y el G4. Lógico, tienen 21 años controlando el poder total. Imposible superarlos. Para medir además si históricamente estos 21 años son superiores a los 40, habría que hacer la conversión e indexación del valor del bolívar con el dólar, si queremos ser justos y tener una dimensión exacta del asunto. Cien mil bolívares del año 83 representan hoy absolutamente nada. Dejar un canal del estado sin equipos, sin nada, para montar un canal privado, en el año 89, hoy puede lucir sin importancia, ante lo sucedido en VTV, TELESUR, compra de circuitos, etcétera. Hasta portales de información se han comprado con dinero público, tanto del gobierno como de la oposición. En los 40 quebraron bancos, hoy desaparecen el sistema financiero empezando por el BCV.
Mi defensa de la Cuarta es inmoral, como piensa la mayoría del pueblo: Es que ellos robaban pero hacían, había más calidad de vida, suele decirte la gente.
La inversión de valores en este falso proceso revolucionario es total. “Hacer negocios con un enchufao, pudiera ser el sueño de muchos en la oposición”. Es dinero “easy”. Similar a muchas jovencitas que pensaban en convertirse en “Muñecas de la Mafia”.
Ahora entendemos la profundidad de aquel pensamiento adeco: “A mí no me den, pónganme donde hay”.
Es que no hay nada más parecido a AD y COPEI que el chavismo y es lógico porque en este país o eras una cosa o eras otra, no había otras opciones. José Vicente representaba una izquierda que se arreglaba (aún lo hace) con los caciques de ambas fuerzas.