El ‘fraudulento’ Evo Morales reconoció finalmente que uno de los objetivos de su alianza con Rusia era que el gigante gobernado por Vladimir Putin tuviera mayor “presencia” en América Latina para “equilibrar” las fuerzas en la región, aunque no aclaró respecto a qué otra nación. Lo admitió en una entrevista ofrecida al diario español ABC, en la que también defendió su vínculo con Cuba y el plan de médicos, aunque se descubriera que la mayoría de los supuestos profesionales que llegaron a Bolivia para asistir a la población no tenían título. “La gente está ahora pidiendo a gritos que vuelvan los médicos cubanos”, dijo el renunciado mandatario que pasa sus días en México, donde se encuentra asilado.
“Con Rusia estamos esperando, y quiero que haya presencia de Rusia en América Latina para frenar esta forma de hegemonizar. Queremos buenas relaciones con Rusia que permitan equilibrar la situación”, manifestó Morales, y diferenciándolo de los ejes que la unen con Beijing: “Tengo buena relación con China, y con ellos siempre hablé de comercio, de desarrollo, de invertir”.
El líder aymara también esquivó la pregunta respecto a si era él quien había sido sorprendido en un audio en el cual ordenaba bloqueos a la ciudad para que “no entrara comida a las ciudades”. Jamás negó la acusación. En cambio intentó orientar las responsabilidades hacia su rival en las urnas, Carlos Mesa, y a la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que acusó de formar parte de un “golpe”. “El acuerdo con la cancillería de la OEA es que había que entregar un informe el día 13 de noviembre. El día 10 de noviembre en la madrugada nos pasan la información preliminar y vimos que había decisiones políticas y no técnicas. Y avisé que con ese informe iban a provocar muertos en Bolivia. Con ese informe fortaleció el golpe de Estado, que se inició el 21 de octubre, el día después de las elecciones”, expresó Evo.
Por último, defendió su alianza “médica” con Cuba y dijo que gracias a los programas entre ambas administraciones se operó de forma gratuita a 700 mil bolivianos. “La gente está ahora pidiendo a gritos que vuelvan los médicos cubanos. Ya no hay tomografías, terapia intensiva, y hay hospitales cerrados. Eran médicos para la gente más humilde”, clamó. La aclaración de Morales llega días después de que el Gobierno interino de La Paz denunciara irregularidades en el programa firmado con La Habana y expulsara a la mayoría de los miembros de la delegación. Aníbal Cruz, ministro de Salud designado por Jeanine Áñez, aseguró que cientos de funcionarios enviados por Cuba cobraban como profesionales de la salud a pesar de no tener los estudios completos.
En tanto, el Gobierno de Áñez, presidente interina de Bolivia, ha acusado este lunes a las autoridades venezolanas de planificar y financiar las protestas registradas en el país tras la renuncia de Morales. El ministro Arturo Murillo explicó que la Policía boliviana ha llevado a cabo una investigación sobre las “revueltas” y ha vinculado al ex guerrillero de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Facundo Morales con el hermano del ex vicepresidente Álvaro García Linera, Raúl. “Hay una corriente liderada por el señor Nicolás Maduro que busca desestabilizar Gobiernos establecidos en América”, ha afirmado Murillo minutos antes de que la Policía muestre los resultados de su investigación, según ha informado el diario local El deber. La Policía señala que Facundo Molares Schoenfeld, conocido entre las antiguas FARC como Camilo, ingresó el 10 de julio en Bolivia desde Chile a través del control fronterizo de Pisiga.