Carlos Mesa, que se encuentra en Madrid para asistir a la Cumbre del Clima, analizó los riesgos que supondría que Pedro Sánchez lograra formar un gobierno con Podemos.
En una entrevista con OkDiario, el expresidente de Bolivia y rival de Evo Morales afirma que «tengo confianza en que las relaciones exteriores que tenga el gobierno de España si eventualmente se llega a concretar el gobierno definitivo en una alianza principal no exclusiva entre el PSOE y Podemos mantenga una línea como la que ha mantenido España hasta ahora. Una línea de prudencia, equilibrio y de análisis en término de los hechos objetivos y no en un alineamiento ideológico. Creo que ese es el mayor daño que se le puede hacer a una sociedad democrática. En América Latina el alineamiento ideológico ha definido la línea amigos-enemigos no en función de razones o de Constitución, sino en función de ideas o de ideologías fundamentalmente. Creo, y en esto tengo la expectativa, que el gobierno del presidente Pedro Sánchez, si se confirma, no se deje llevar por una línea de apoyo evidente como es la de Podemos al expresidente Evo Morales, sino lo que han sido las relaciones exteriores en el largo tiempo por parte del gobierno español»
La postura de Carlos Mesa se consolida, aún más, cuando Pablo Iglesias y su sequito se han mostrado a favor de Evo Morales al argumentar que lo que se vivió en Bolivia fue un golpe de Estado. «Por una razón ideológica y por la construcción del relato de una estructura que ha sido una especie de red de seguridad del expresidente Evo Morales de las que forma parte Podemos. Eso ha ocurrido en el ámbito intelectual, mediático y político. A Evo Morales le conviene el victimismo, que se olvide que fue un presidente autoritario que vulneró la Constitución varias veces, que controlaba ilegítimamente los cuatro poderes del Estado. Y ese victimismo se subraya con la hipótesis de que las Fuerzas Armadas le pidieron su renuncia como si no se hubieran producido 21 días de manifestaciones populares que marcaron una línea cada vez más crítica, exigiéndole que cumpliera la Constitución. Y ha ido siempre más rápido de lo que el Presidente respondía. Creo que tiene que ver con una estrategia de victimismo para tratar de justificar lo injustificable, que es la forma que gobernó Evo Morales y el fraude escandaloso que llevó adelante», sentencia.