El asesino se entregó en la Policía Local de Logroño
Un facineroso. Sin excusas ni atenuantes. Eso es el tipo que este 30 de agosto de 2011 arrojó a las aguas del río Ebro a un bebé de apenas 10 meses, tras discutir con la madre. Todos, la niña muerta ahogada, la joven madre y el delincuente son rumanos emigrantes en España.
La niña de 10 meses fue localizada anoche en el río Ebro, a su paso por Logroño, y murió tras ser rescatada del agua, adonde fue arrojada por su padrastro, un hombre de nacionalidad rumana que se entregó después en la Policía Local.
Según datos facilitados por el Ayuntamiento de Logroño, el desencadenante del suceso fue una fuerte discusión entre el padrastro y la madre de la criatura -una joven de 17 años- junto a la Biblioteca Pública de la capital riojana, cerca del río.
En medio de la discusión, el hombre cogió a la niña y corrió hacia la pasarela peatonal que cruza el Ebro, desde donde, al parecer, la arrojó al río. Después se entregó a la Policía.
Una dotación de bomberos rescató una hora después a la niña cuando todavía vivía.
De nada sirvieron las maniobras de reanimación de los profesionales sanitarios que acudieron al lugar de los hechos y, poco después, falleció.
El parricida fue detenido y puesto a disposición judicial, después de ser reconocido en un centro sanitario.
Posteriormente, fue localizada la madre de la niña, también de nacionalidad rumana, que convivía en Logroño con el detenido, una joven que necesitó asistencia psicológica y fue trasladada al hospital San Pedro, de Logroño.
El concejal de Policía del Ayuntamiento de Logroño, Miguel Sáinz, ha convocado esta mañana una rueda de prensa para ofrecer detalles de lo ocurrido.