Una turista inglesa que afirmaba haber sufrido el robo de su bolso de mano en el que, entre otros efectos, llevaba 2.000 euros y 400 libras esterlinas, un teléfono móvil, además de un colgante con un diamante valorado en 12.000 euros
Al macarra debía sonale lo de ‘Desayuno con diamantes‘ y pensó que si en Nueva York, alguien tan fino como Audrey Hepburn anduvo alguna vez en esas cosas, a él no le vendría mal almorzar piedras preciosas.
Cuenta Pablo Muños en ABC que fue la Policía, tras interceptar a un grupo de delincuentes a bordo de un automóvil en un control rutinario, la que sse percató de que durante el registro del vehículo,que uno de ellos se había echado algo a la boca.
Venían de robar y el resto del botín se recuperó al instante.
Para lo gordo, lo de valor, hubo que esperar a as pruebas radiológicas, que descubrieron en su estómago la piedra preciosa.
Se la había tragado a palo seco, sin ni siquiera poder echarse a la boca un buchito de agua… Eso sí, la mercancía merecía la pena.
EL ROBO EN EL RESTAURANTE
Los hechos se produjeron en un restaurante de la zona marbellí de Nueva Andalucía. Dos turistas británicas llegaron al local y una de ellas dejó su bolso de mano en el suelo, colocado entre su silla y la mesa que ocupaban. Poco después, dos hombres bien vestidos entraron en el local, acomodándose uno en la barra del bar y el otro en una mesa detrás de ellas. Después de que ambos salieran del local, las mujeres se dieron cuenta de la desaparición del bolso.
Solo una horas más tarde, en un control policial rutinario, agentes de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena que realizaban labores de prevención y protección de la seguridad ciudadana dieron el alto a un vehículo ocupado por cuatro individuos.
Una vez identificados, se comprobó que todos contaban con antecedentes policiales por hurtos y robos. En el automóvil los agentes hallaron un bolso así como varios objetos: cadenas de oro, pendientes, dinero en efectivo y un teléfono móvil, todo oculto en distintos lugares del coche.
Las primeras investigaciones llevaron a una turista inglesa que afirmaba haber sufrido el robo de su bolso de mano en el que, entre otros efectos, llevaba 2.000 euros y 400 libras esterlinas, un teléfono móvil, además de un colgante con un diamante valorado en 12.000 euros.
Es decir, lo mismo que se había intervenido en el vehículo de los delincuentes. Eso sí; faltaba la pieza de más valor, la piedra preciosa valorada en dos millones de las antiguas pesetas, aunque sí se había hallado la cadena a la que estaba unido.
A partir de ese momento solo hubo que colocar las piezas del puzzle. Uno de los policías recordó haber visto cómo uno de los ladrones se había llevado la mano a la boca. Aunque parecía insólito, no era descartable que se hubiera tragado la pieza.
Para localizar el diamante, los arrestados fueron trasladados a un centro médico en donde se les realizaron radiografías. La imagen de la pieza apareció nítida en el estómago de uno de ellos. Definitivamente, el menú se le había indigestado.