El crimen organizado no entiende de libertad de prensa y este 3 de mayo de 2012 lo dejó patente una vez más.
Y lo hizo, asesinando de forma cruel a tres fotógrafos, Guillermo Luna, Gabriel Huge y Esteban Rodríguez, que trabajaban para distintos medios locales.
Sus cuerpos aparecieron tirados y envueltos en bolsas de plástico negras en un canal de aguas.
Junto a ellos apareció el cadáver de la novia de uno de ellos.
Luna había trabajado en el diario «Notiver» y actualmente lo hacía para la agencia de fotografía «Veracruznews».
Huge, que también perteneció a la plantilla de «Notiver», había abandonado Veracruz el año pasado tras el asesinato de su compañera, la reportera Yolanda Ortiz, y regresó en enero para realizar diversos trabajos de fotografía, también para «Veracruznews».
Esteban Rodríguez,, quien trabajó hasta agosto pasado en el periódico «AZ», también habíarevibido amenazas que lo obligaron a abandonar este estado en el Golfo de México..
Con estos asesinatos ya son siete los periodistas muertos desde que, en diciembre de 2010, asumiera el cargo de gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Hace menos de una semana, el pasado el 28 de abril, también había sido asesinada en su domicilio de Xalapa la corresponsal en Veracruz de la revista «Proceso», Regina Martínez.
La ola de violencia ligada al crimen organizado también se ha cobrado 34 vidas al otro extremo del país, en Sinaloa, tras cinco días de enfrentamientos entre grupoas de sicarios y elementos del Ejército y la Policía.