La estudiante, de 21 años, y su novio francés, de 23, tomaron el minibús en el turístico barrio de Copacabana (zona sur) poco después de la medianoche
La violación de una estudiante estadounidense en un minibús en Rio de Janeiro (sureste) y el asesinato de dos adolescentes por presuntos policías en Sao Paulo despiertan inquietud sobre la seguridad en Brasil, que acogerá a millones de turistas en las Jornadas Mundiales de la Juventud y el Mundial-2014, entre otros eventos.
La estudiante, de 21 años, y su novio francés, de 23, tomaron el minibús en el turístico barrio de Copacabana (zona sur) poco después de la medianoche, con destino al barrio bohemio de Lapa (centro).
Los dos jóvenes extranjeros en la Avenida Atlántica. Se dirigían de madrugada al barrio de Lapa, conocido por su vida nocturna y por albergar el mayor número de bares y locales de música en vivo de la ciudad.
Tres hombres de 20, 21 y 22 años se encargaban en ese momento de conducir, cobrar a los pasajeros y organizar las diferentes paradas de embarque y desembarque.
A la altura del barrio de Botafogo, vecino de Copacabana, el vehículo paró y el conductor ordenó que todos los pasajeros desembarcasen. Todos menos la pareja de norteamericanos.
Aquí dio comienzo una desesperante escena, más propia de un thriller de terror.
«Nadie espera ser atacado en un parque Disney. Copacabana es nuestro parque Disney. Esto enciende la alarma«, deploró el presidente de la Asociación de Hoteles de Rio, Alfredo Lopes, citado este martes por la prensa local.
Esta violación y su repercusión internacional -es comparado con el caso de la joven violada por seis hombres en un autobús en India y que luego murió a raíz de sus heridas- infligen un duro revés a la ciudad, que recibirá la Copa Confederaciones de fútbol en junio, las JMJ lideradas por el papa Francisco en julio, la final del Mundial de fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
«La preocupación con la seguridad de brasileños y extranjeros aquí existe, pero especialmente durante los grandes eventos habrá un aparato de seguridad muy grande», explica Alexandre Braga, jefe de la Comisaría de Apoyo al Turista de Rio, a cargo de la investigación sobre la violación, que ya detuvo a los tres sospechosos.
Los expertos insisten en que fue un hecho aislado, pero el daño ya está hecho.
«Esto fue abominable pero no es algo que ocurra de manera rutinaria en Rio de Janeiro. Es injusto presentarlo como algo que ocurre en serie», afirma el secretario de Seguridad de Rio, José Mariano Beltrame.
«Una violación tan brutal forma parte de los crímenes de gran repercusión en la prensa pero después son olvidados. No es algo corriente y que ocurra de forma repetida como en India», sostuvo Augusto Rodrigues, experto en violencia de la Universidad estatal de Rio.
«Es un hecho aislado, que no debe servir de parámetro para medir la violencia», dijo por su lado Michel Misse, de la Universidad UFRJ.
Hace poco más de un año, una niña de 12 años también fue violada en un bus del transporte público de Rio que circulaba por el Jardín Botánico, un barrio de clase media-alta, pero el caso no tuvo repercusión internacional.
Interrogados sobre el alza de 24% en las violaciones en Rio de 2011 a 2012 (de 4.871 casos a 6.029), ambos expertos indicaron que es porque las mujeres hacen más denuncias que antes, gracias a la creación de comisarías de mujeres.
Para los expertos, la seguridad en Rio nunca fue tan buena en los últimos 30 años, aunque la criminalidad sigue siendo muy superior a las normas europeas, estadounidenses y hasta sudamericanas. Si Rio fuera una capital, sólo Caracas sería más violenta en Sudamérica.
En 2010, la tasa de homicidios en Brasil fue de 21 cada 100.000 habitantes, en el 11º lugar mundial, contra 26,7 diez años antes, según cifras de la ONU.
En Sao Paulo, la tasa de homicidios que era de cerca de 60 cada 100.000 habitantes en los años 2000 «cayó a 13, una tasa razonable», subrayó Misse.
En Rio, donde las autoridades han reconquistado en los últimos años decenas de favelas de manos de narcotraficantes y milicias parapoliciales, la tasa de homicidios pasó de 40,1 cada 100.000 habitantes en 2007 a 24,6% en 2012, según Beltrame.
«Aún es muy mala pero cayó bastante».
En Sao Paulo, cámaras de seguridad filmaron recientemente el asesinato de dos adolescentes por parte de dos hombres armados que llegaron en moto, mientras ocho policías en coches vigilaban la escena a 50 metros sin intervenir.
Los policías fueron detenidos el lunes y las autoridades investigan el caso, denunciado el domingo en un programa de televisión de la cadena Globo local.
«La policía en Brasil tiene un perfil represivo, autoritario y arbitrario sobre todo con poblaciones pobres», dice Camila Dias, de la Universidad de Sao Paulo (USP).
«Lo que sucedió a estos jóvenes que fueron asesinados no es nuevo».
Pero es necesario tiempo para cambiar la mentalidad de una policía marcada por 21 años de dictadura militar (1964-85).