Hoy, el poder político y económico en Cuba sigue residiendo con los militares
Tras la muerte de Nelson Mandela, una de las visitas que más ruido hizo durante los días de recordatorio de Madiba fue la del presidente cubano Raúl Castro.
En todo momento la delegación cubana hizo alarde de la relación que supo entablar Fidel con el ex mandatario sudafricano.
Sin embargo, The Wall Street Journal, en un artículo publicado este 30 de diciembre de 2013-«El mensaje de Mandela no llegó a Cuba«-, afirma tajante que el régimen castrista no supo absorber el mensaje de Mandela.
Desde sus inicios, Mandela siempre luchó por la igualdad racial, en una Sudáfrica que tiene casi un 80% de su población negra y, no obstante, supo estar inmersa en una profunda desigualdad comandada por la pequeña porción de población blanca.
Escribe Mary Anastasia O’Grady en ‘WSJ‘ que esa misma situación se dio -y se sigue dando- en Cuba, pero a la inversa.
Se resalta que la isla tenía a fines de los ‘50 «un largo historial de discriminación racial», en plena dictadura de Fulgencio Batista. Pero «la situación no mejoró» con la asunción de Fidel Castro, luego de la revolución.
La periodista cita un informe de Inter Press Service News Agency, que apunta que «la mayoría de los académicos cubanos estima que entre 60% y 70% de la población de la isla es negra».
Mary Anastasia O’Grady, miembro del Consejo Editorial de The Wall Street Journal, apela a la experiencia de Eusebio Peñalver, un prisionero político que estuvo preso en la isla durante 28 años, para ejemplificar esta discriminación racial a la que hace referencia en el texto.
A diferencia de Mandela, el caso de Peñalver pasó prácticamente desapercibido. Por eso, según explica la publicación, si se hubiese dado un fenómeno parecido al que ocurrió en Sudáfrica, «la situación podría haber sido distinta tanto para él, como para la población predominantemente negra de Cuba».
Peñalver fue un opositor del régimen de Batista, por lo que se unió al ejército para luchar por la equidad racial.
Pero posteriormente tampoco se alineó al gobierno castrista. En 1960 fue capturado, luego de haberse enfrentado contra militares del régimen.
«Ellos hicieron a los hombres comer hierba, los sumergieron en aguas albañales, la bayoneta nos golpeaba duro y se golpeó con postes de cercas hasta que los huesos crujían para gozo de la enajenada soldadesca«, escribió en una oportunidad el propio Peñalver, ya desde su exilio en Los Ängeles, tras cumplir los 28 años de prisión.
Ángel de Fana, otro de los presos políticos de la isla, confió a ese medio el excesivo maltrato que recibía Peñalver por el simple hecho de ser negro.
«Hoy, el poder político y económico en Cuba sigue residiendo con los militares y un liderazgo que sigue estando compuesto por hombres blancos».
De esta manera, mientras en Cuba se sigue recordando la memoria de Mandela, y los hermanos Castro rescatan constantemente la relación que tuvieron con Madiba, la realidad de la isla lejos está de ser la que profesaba y por la que luchó el premio nobel de la paz.
En Sudáfrica, gracias a la incansable lucha del ex presidente, los negros ganaron su batalla; en Cuba, en cambio, esa victoria aún parece muy lejana.