Los periodistas desplazados hasta la localidad de Röszke, en Hungría, la recuerdan como la única que utilizaba una mascarilla mientras empuñaba su cámara al paso de los refugiados. (El vídeo de la reportera sin corazón que patea con saña a los refugiados).
Pero Petra Laszlo, la reportera más odiada del momento después de que todo el mundo viera cómo agredía a un padre con su hijo y a una niña, ya no tendrá que volver a cubrirse la cara al trabajar: ha sido despedida tras la vergüenza que ha supuesto que todo el mundo descubriera su calaña.
Petra Laszlo cubría para la televisión N1 la crisis humanitaria de refugiados. Una cadena ligada al partido de extrema derecha Movimiento por una Hungría Mejor(Jobbik), que rechaza a los gitanos y judíos y presta apoyo a grupos violentos que ya han protagonizado numerosos altercados contra los sirios que huyen de la guerra civil que ha destrozado su país.
La agresión de Laszlo ha circulado por todas las redacciones del mundo. En las redes sociales la gente brama contra la falta de sensibilidad y humanidad de la periodista húngara.
Sin embargo ella no ha hecho acto de presencia: ha permanecido recluida y no ha expresado en ningún medio, ni siquiera en su antiguo canal, algo parecido a una disculpa por su comportamiento más que reprochable. Además, según el portal local «hvg», ha desconectado su teléfono móvil y es imposible dar con ella.
La cadena de televisión, por su parte, tampoco ha dado muestras de un exceso de sensibilidad. Se ha limitado a publicar en su web que la periodista ha sido despedida por un «comportamiento inaceptable» y que para ellos «el caso ya está cerrado».
Podría ir a la cárcel
Muchas voces en las redes sociales están denunciando que la acción de Laszlo está perjudicando a la imagen del país. También grupos políticos de posiciones menos radicales que los de Jobbik. Así el partido opositor Coalición Democrática, del ex primer ministro socialdemócrata Ferenc Gyurcsány ha anunciado acciones legales contra ella.
En un comunicado, el partido se ha mostrado indignado y ha confirmado que «denunciará a la reportera por agredir a refugiados». Si todo prospera, Petra Laszlo podría enfrentarse a una pena de cinco años de prisión, según ha informado el diario «The Guardian».
Muchos periodistas recuerdan hoy al maestro Ryszard Kapuscinski cuando dijo eso de que para ser buen periodista hay que ser buena persona. Lo visto en los últimos días en la localidad de Röszke ha mostrado lo mejor y lo peor de la profesión: la triste agresión de Laszlo y el tuit del periodista alemán Stephan Richter que denunció a la húngara.
Una zona de conflicto
En el punto de reunión de Röszke ya se habían producido intentos de fuga y protestas por parte de los refugiados, que se quejan de que tienen que pasar demasiado tiempo de espera al raso.
Este punto es a donde llegan primero los refugiados que cruzan la frontera y donde tienen que esperar horas y noches enteras antes de ser trasladados a los centros de registro, según ha informado Europa Press.
Además la Policía húngara se ha mostrado particularmente expeditiva contra los refugiados, llegando incluso a usar gases lacrimógenos durante las cargas policiales cuando los sirios trataban de huir.