Nuevo desastre en la casi siempre atormentada Centroamérica. Y otra vez, como en tantas ocasiones, por la estupidez humana. En este caso, sobre todo, la del sandinista Daniel Ortega, presidente de Nicargua y su esposa, la ambiciosa Rosario Murillo, vicepresidenta del país.
La frontera de Nicaragua con Costa Rica comienza a sentir la creciente presión de los disturbios generados por las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega.
Entre 100 y 150 nicaragüenses cruzan cada día por la región fronteriza de Peñas Blancas, dijo la Cancillería costarricense (El tirano Daniel Ortega reconoce que los asesinos encapuchados de las protestas en Nicaragua son «policías voluntarios»).
El portavoz de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), William Spindler, dijo el martes que la cifra de nicaragüenses solicitando refugio en Costa Rica «aumentó de forma exponencial».
Al menos 8,000 peticiones de asilo de nicaragüenses han pedido registradas desde abril, cuando comenzaron las protestas. Otros 15,000 casos están pendientes, según informó la Organización de Naciones Unidas.
El Cenidh denuncia que en #Nicaragua hay “aniquilación” y “cacería”, por parte de los paramilitares del régimen que utilizan armamento de alto calibre #SOSNicaragua https://t.co/10RqUB1tBJ
— La Prensa Nicaragua (@laprensa) 31 de julio de 2018
Explica Luis Antonio Hernandez en ‘El Nuevo Herald’ que el diálogo de paz impulsado por la Iglesia Católica entre el gobierno de Ortega y la oposición no rindió frutos semanas atrás, agudizando la crisis política que ha dejado más de 300 muertos, miles de heridos y desplazados en el país centroamericano.
La canciller costarricence Epsy Campbell declaró recientemente que se trata de un «aumento significativo» en cuanto al arribo de inmigrantes nicaragüenses, aunque indicó entonces que todavía no lo consideraban una crisis.
«El recrudecimiento de la situación política y social en Nicaragua empieza a generar una presión migratoria, además de la presión económica y comercial que venimos arrastrando desde hace semanas por los problemas de tránsito de mercancías. Hay un aumento significativo que podría llegar a una crisis migratoria».
Campbell dijo que la nación de 4.7 millones de habitantes está tramitando entre 600 y 700 visas a nicaragüenses, muchos de los cuales están entrando por primera vez a ese país. Datos oficiales indican que hasta la fecha en Costa Rica viven legalmente entre 100,000 y 150,000 familias nicaragüenses.
“Los que están llegando son muchachos de entre 17 y 27 años, hombres la mayoría, que vienen porque en sus barrios los han puesto en una lista negra en la que los buscan los paramilitares y se los llevan”.