La tragedia de los migrantes venezolanos

Secuestrados, explotados y durmiendo en el suelo: así vivían los migrantes venezolanos captados por falsos religiosos en Colombia

"En la casa del barrio los Andes había unos computadores, cubículos y mobiliario para mostrar sexo virtual".

La tragedia de los venezolanos lastimosamente no desaparece al emigrar. Salir de forma desesperada de su país les convierte en presa fácil de bandas que se dedican al crimen organizado y la explotación sexual.(El conmovedor vídeo de un turista que ayudó a tres sufridos caminantes venezolanos)

Esta semana, la Policía de Barranquilla desmanteló dos casas en el barrio Los Andes donde fueron hallados unos 60 venezolanos que eran explotados sexualmente.

En los operativos fueron capturados dos hombres que se hacían pasar por religiosos para ofrecer refugio a los extranjeros que huyeron de la crisis en su país en busca de mejor vida.

Hombres, mujeres, transexuales y menores de edad eran obligados a mantener todo tipo de actos sexuales frente a una cámara web, a cambio de alimento, alojamiento y una baja suma de dinero.

Además, los tenían bajo secuestro, viviendo en condiciones deplorables: encerrados con llave, durmiendo hacinados en un pequeño cuarto en el suelo, sobre sábanas y cumpliendo estrictos horarios, como lo reveló un video de las autoridades.

A la primera vivienda llegaron las autoridades luego de que una de las víctimas lograra escapar y llegar a un comisaría cercana, donde denunció el hecho. Fueron encontrados 30 venezolanos a los que el supuesto fraile franciscano, José Luis Aduen Uribe, les había ofrecido un tentador contrato para mostrarse desnudos y teniendo sexo frente a una cámara, pero las promesas no fueron cumplidas.(La muerte viaja con la diáspora venezolana: Aumenta en un 244% las muertes violentas de venezolanos en Colombia)

El hombre de 46 años, oriundo de Sincelejo, los mantenía encerrados con llave para evitar que huyeran mientras no se encontraba en la casa. Y para ganar su confianza, les mostraba fotografías donde aparecía con un hábito falso en alguna labor social. Pero el ministerio auxiliar de la Fraternidad Franciscana en Barranquilla desmintió en El Heraldo que Aduen perteneciera a su congregación.

 

«En la casa del barrio los Andes había unos computadores, cubículos y mobiliario para mostrar sexo virtual. Este señor nos pagaba el 50% de lo que produjéramos. Es decir, de los $70 mil (22,5 dólares) diarios que hacíamos, la mitad eran para él y la otra para nosotros», aseguró una de las víctimas al diario local.

Pero, además, debían pagar 5,4 dólares por el alojamiento y las tres comidas diarias. Si no realizaban el pago eran amenazados con cortarles la cara. En esas condiciones estuvieron más de 40 jóvenes de nacionalidad venezolana, de acuerdo a los testimonios entregados a la Fiscalía.

«Yo soy venezolano, tengo tres meses en Barranquilla y soy estilista. Al sitio llegué por un amigo que conocía al dueño. En la casa, José me dijo que debía trabajar por siete horas vestido de mujer, como travesti, a tener relaciones con otros hombres, entre otras cosas. Por eso me dijo que me iba a pagar, pero no me cumplió. Nos prometió una cédula colombiana falsa, pero no me la dio», relató una víctima al juez, citada por El Heraldo.(Human Rights Watch: Curazao viola los derechos humanos de los migrantes venezolanos)

Ese caso dio lugar al descubrimiento de otro ubicado a pocas cuadras. El allanamiento se realizó unos cinco días después del primero en un establecimiento llamado ‘Estudio Star moden VIP’, donde fueron encontrados 30 venezolanos que hacían turnos de seis horas de trabajo y seis de descanso, en dos habitaciones de 3×4 metros donde también dormían.

«Su alimentación era en horarios establecidos por el proxeneta y el pago de sus actividades era de 200.000 pesos mensuales (64,5 dólares), pero el administrador del negocio recaudaba hasta 15 millones de pesos cada mes (4.840 dólares)», aseguró a El Heraldo el coronel Yecid Peña Araque, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

El capturado fue identificado como Javier López Bermúdez, quien tiene seis anotaciones judiciales por delitos de estafa y captación masiva de dinero. Ello, cuando se hizo pasar por presbítero de la iglesia anglicana de Inglaterra para ofrecer casa a víctimas del conflicto armado. Las personas entregaron hasta USD47.432,6, pero nunca recibieron la vivienda.

«Llama la atención que estas personas capturadas en el mismo barrio utilizaron una fachada de religiosos. Estamos investigando si ellos se conocieron durante el desarrollo de esa actividad, tampoco se descarta que los detenidos pertenezcan a una misma red de explotación sexual», explicó a El Heraldo un investigador de la Policía.

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