Luego de disparar a un conductor de taxi y ocasionarle la muerte, dos jóvenes sicarios miembros de la pandilla «Barrio 18», fueron quemados vivos por ciudadanos indignados que se enfurecieron ante el hecho.
Los profesionales del crimen habrían disparado a su víctima porque se negó a pagar el «derecho a piso» (un tributo que imponen los delincuentes para que el taxista pueda trabajar en un lugar determinado) en el municipio Mixco de Guatemala.(Vecinos de Vallecas queman encolerizados un camión y tratan de vengar el asesinato de un vecino)
Testigos de lo ocurrido señalaron que los dos hombres, a bordo de una motocicleta, balearon a su víctima quien resultó herido pero que murió en el hospital, horas después.
Luego de disparar al taxista intentaron escapar, pero fueron alcanzados por la enfurecida turba quienes sin dudarlo, los golpearon para después rociarlos con gasolina y por último prenderles fuego, ante la incapacidad de las autoridades que no pudieron hacer nada pues se vieron superados por los vecinos de la zona quienes se dicen cansados de vivir asolados por los criminales.(Queman a una mujer en la India y cuatro días después aparece en casa )
Y es que en Guatemala opera la banda “Barrio 18” que es considerada como una de las más peligrosas debido a que, al igual que su rival más conocida, la “Mara Salvatrucha (MS13)”, “Barrio 18” tiene células que operan desde Centroamérica hasta Canadá, incluso se tienen indicios que tiene mayor presencia que “MS13” a lo largo de Estados Unidos.
Para especialistas en seguridad, esta pandilla representa una amenaza para naciones centroamericanas donde los gobiernos son más débiles (en relación con su población) pues se dedican a la extorsionan de los medios de transporte público, el narcotráfico, tráfico de personas y debido a la violencia con la que operan son capaces de obligar al desplazan comunidades enteras lo que resulta en migración ilegal principalmente a Estados Unidos.(Vídeo: El brutal asesinato con una puñalada en el pecho a un venezolano en Colombia «por malapaga»)
De hecho sus estructuras son tan grandes que hasta son capaces de infiltrarse en el sistema político de los países como El Salvador, Guatemala y Honduras, forjando así sus redes de corrupción de manera más profunda.