La guerrilla colombiana tiene su propia escolta popular. Los habitantes de San Calixto, de la subregión fronteriza del Catatumbo, protagonizaron un enfrentamiento con el Ejército para impedir la captura de miembros de Los Pelusos, antigua disidencia de la guerrilla del EPL, lo que produjo la liberación de uno de los capturados, y la detención momentánea de cuatro miembros de la Fuerza Pública.
Los hechos se presentaron cuando la Fuerza de Despliegue Rápido Número 3 del Ejército, en conjunto con la Policía Nacional, ejecutaban un operativo militar en la zona para capturar a los criminales en esta región del departamento de Norte de Santander, una de las más afectadas por el conflicto armado en el país.
Los hombres a capturar eran Nelfer Carrascal Guerrero, alias «Vallenato», y Misael Carrascal Rey, alias «Misael», integrantes de la banda criminal Los Pelusos, y quienes son señalados por la Fiscalía como perpetradores de asesinatos contra líderes sociales, entre otros crímenes. Ambos se encuentran en la lista de los 34 más buscados de Colombia, y por ellos se ofrece una recompensa de 500 millones de pesos (USD 152.930). «Además, estos dos sujetos presentan notificación azul de Interpol por los delitos de concierto para delinquir con fines de homicidio y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego», señaló el Ejército en comunicación oficial.
Cuando la Fuerza Pública procedía a evacuar a los capturados, integrantes de la comunidad de la vereda de San Ignacio -perteneciente al municipio de San Calixto- trataron de impedir el operativo, dando resultado una asonada que permitió a alias «Vallenato» huir y, según informa Blu Radio con fuentes en el lugar, produjo la muerte de un campesino luego de que a uno de los militares se le escapara un tiro de su fusil.
El comunicado del Ejército sobre este hecho habla de 60 personas armadas con palos y machetes que «acecharon a las tropas con el fin de bloquear la movilización de los sujetos entorpeciendo la orden de captura». También afirman que la comunidad habría «instrumentalizado» a menores de edad para entorpecer el operativo y retener contra su voluntad a cuatro militares.
Los uniformados fueron demorados en «una cancha de una escuela ubicada en la vereda San Ignacio, colocando en riesgo la vida e integridad de los miembros de la institución, trasgrediendo el Derecho Internacional Humanitario», informó el Ejército.
Después de más de ocho horas, el capitán Ervin Caicedo Rueda, el sargento Segundo Eddie Rodríguez Zambrano, el soldado profesional Heiner Linares Gómez y el soldado profesional Rafael Parra Achuri, fueron liberados por la comunidad, según informó RCN Radio.