Después de que el gobierno paraguayo anunciara la expulsión del país de los «soldados» presos del Primer Comando Capital (PCC), comenzaron a aparecer imagenes del macabro asesinato colectivo perpetrado por los miembros de la banda criminal brasilera en la cárcel regional de San Pedro. El sangriento amotinamiento que dejó una decena de muertos en la penitenciaría de San Pedro (324 Km de Asunción), de los cuales cinco fueron decapitados, tres incinerados y dos baleados, ha puesto en alerta a las autoridades paraguayas que estudian la situación de los reos que forman parte tanto del Primer Comando Capital (PCC) como del Comando Vermelho (CV), peligrosas bandas criminales del Brasil con tentáculos en Paraguay y otros países de la región.
El Ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, señaló que en las cárceles paraguayas están cumpliendo condena cerca de 400 miembros de estos grupos criminales, aproximadamente 120 son brasileños (12 con pedidos de extradición) y el resto reclutas paraguayos que sirven al PCC y al CV.
El propio ministro Villamayor anunció que se iniciarán las gestiones para acelerar la expulsión del país de los brasileños integrantes de estas bandas criminales, atendiendo a que a diario el poder de los mismos va creciendo porque suman adherentes también fuera de las penitenciarias.
De hecho, se cree que el fatal amotinamiento que el domingo último protagonizaron miembros del PCC en contra de aliados al Clan Rotela, cuyo líder es Armando Javier Rotela, mayor microtraficante de drogas del país y que maneja el 50% del tráfico de estupefacientes en las penitenciarias, no solo sería por la disputa en la distribución de drogas y en el dominio de territorios sino también para evitar más extradiciones al Brasil de los jefes de las bandas.
«Vamos a echar a todos los que tengan causas pendientes en el Brasil ya que no podemos echar a un delincuente si no tiene algún requerimiento, porque de lo contrario sería ponerlo en libertad», sostuvo el ministro Villamayor.
Ya en marzo pasado, en la cárcel regional de Concepción se había producido un motín luego de que las autoridades expulsaran a Thiago Ximenez, alias «Matrix», uno de los líderes del PCC con frondosos antecedentes en el Brasil y que en diciembre se había fugado de la Agrupación Especializada y posteriormente recapturado, incluso luego de escabullirse nuevamente en un enfrentamiento a tiros con la policía.
Pero en se momento no se dimensionaba el polvorín que se venía gestando dentro de las cárceles paraguayas ya que los criminales brasileños prefieren mil veces enfrentar a la justicia guaraní antes que la de su país. El Ministro de Justicia, Julio Javier Ríos dijo que tenían información de los motines que planeaban los integrantes del PCC pero, «pese a los esfuerzos» no pudieron evitar la masacre del domingo. Dicho amotinamiento con saldo fatal de diez reos, derivó en la detitución del Director de Establecimientos Penitenciarios, Blas Martínez y del Director de la Cárcel de San Pedro, Wilfrido Quintana.
Estudio forense confirma la saña
El estudio forense practicado a los reos muertos el domingo por el médico Pablo Lemir, especialista del Ministerio Público, demostró la saña y brutalidad con que actuaron los «soldados» del PCC y del esfuerzo que demando la identificación de los fallecidos, especialmente de dos que fueron totalmente calcinados. Cinco presidiarios murieron por decapitación en tanto que otros dos fallecieron por shock hipovolémico, uno de ellos por disparo de arma de fuego y otro por herida cortante en el cuello (degollado), sostuvo Lemir.
Otros tres fueron incinerados por completo por lo que se tuvo que realizar estudios forenses de prótesis dental para que sean identificados. La lista de fallecidos, según los datos del Ministerio de Justicia son: Junior Díaz, Denis Iván Paredes Espínola, Marcial Paredes, Nelson Damián Pereira Díaz, Hugo Díaz Barreto, Sergio Cabrera Sánchez, Carlos Segovia, Lucas Ayala, Bruno Damián Cuttier Moreira y José Osorio.
Iglesia pide declarar emergencia
La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) pidió al Gobierno declarar en situación de emergencia al sistema penitenciario a fin de que los organismos del Estado responsables del sector, puedan realizar las reformas institucionales y presupuestarias tendientes a solucionar los principales problemas de las cárceles.
«Los hechos ocurridos ponen en evidencia la precariedad y la falta de atención a las cárceles, las que se encuentran rebasadas en su capacidad de albergar a los reclusos con las condiciones mínimas requeridas», afirma la nota de la CEP.
Cabe señalar que la capacidad de albergue de las penitenciarias en Paraguay es para 8.000 reclusos, sin embargo, hay 15.000 presos en todo el país. La principal y mayor cárcel paraguaya es la de Tacumbú con capacidad para 1.300 internos pero donde conviven en un feroz hacinamiento, más de 4.000 reos.