Las protestas en Chile no se detienen y ante el paso de los días ha aumentado el número de protestas «creativas» contra el presidente Sebastián Piñera, como sucedió este 28 de octubre.
Con los cuerpos descubiertos, pintados de blanco y llenos de heridas sangrantes por disparos se manifestó un grupo de chilenos frente a una comisaría de Santiago donde les recordaron a sus agentes los 20 fallecidos que se registran hasta ahora en la ola de protestas que vive el país.
Los activistas llevaron hasta la comisaría algunos carteles con los nombres de la veintena de personas muertas, entre ellas tres peruanos, dos colombianos y un ecuatoriano, y cinco del total murieron habrían muerto a manos de agentes del Estado, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
La protesta se produjo frente a la comisaría de la comuna (municipio) de San Miguel, cerca a un edificio perteneciente a la Fiscalía Sur, según EFE.
Allí un fiscal tomaba declaración a Josué Maureira, un estudiante universitario de 23 años y homosexual que denunció haber sido apaleado, torturado, vejado, abusado sexualmente y amenazado de muerte por los carabineros en otra comisaría cercana.
Al mismo tiempo los activistas, que ocultaban el rostro, se echaron sobre la entrada principal de la comisaría para simbolizar un montón de cuerpos inertes, como acabasen de perecer en un pelotón de fusilamiento sobre los nombres de las víctimas reales de las protestas.
Alagunas personas han criticado la sexualización de las protestasm, que tuvieron su máxima expresión el pasado juéves cuando su pudo ver en las calles a un grupo de jóvenes que se quitaban la ropa y, de espalda a los manifestantes, se introdujeron juguetes sexuales en sus cuerpos.