Evo Morales expropia la filial de REE en Bolivia mientras elogia a Repsol
El presidente boliviano, Evo Morales, y el de la petrolera española Repsol, Antonio Brufau, se elogiaron este 1 de Mayo de 2012 mutuamente como socios estratégicos, pocas horas después de que el primero expropiara una filial de la empresa Red Eléctrica de España (REE).
Morales y Brufau, junto con ejecutivos de British Gas y la anglo-argentina Pan American Energy, asistieron a la inauguración de una nueva planta de procesamiento de gas natural en el campo Margarita del sur de Bolivia, que permitirá aumentar las exportaciones hacia Argentina.
«Yo quiero saludar al presidente de Repsol. Su presencia, su esfuerzo, su trabajo, como socios», dijo Morales, que llegó al lugar con dos horas de retraso por sus discursos previos sobre la nacionalización de la filial eléctrica española.
«Reconozco y reconocemos el liderazgo de Repsol, una de las empresas internacionales más grandes de todo el mundo, y su inversión siempre será respetada como socio, señor presidente de Repsol».
«Bolivia necesita inversión y socios, pero no dueños de nuestros recursos naturales, ni dueños de nuestros servicios básicos».
La última frase es uno de los lemas preferidos del indigenista, desde que llegó al poder, en 2006.
Brufau, a su vez, aseguró que está «satisfecho» de entregar la planta de Margarita, en el departamento de Tarija, que procesará más gas natural para Argentina.
Añadió que hoy se demuestra con hechos la consolidación de la relación de Repsol con la firma estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y, a través de ella, con el Estado boliviano, al que calificó de «socio estratégico».
LAS DUDAS DE LA DIPLOMACIA
Desde hace semanas, estaba previsto que Morales asistiera al acto de inauguración de la ampliación de la planta de gas del área de Margarita junto a Antonio Brufau, presidente de Repsol.
Y la expropiación de REE parece calcada en las formas y los argumentos a la que sufrió el propio Brufau hace dos semanas en Argentina, cuando Kirchner le expropió el 51% de su filial YPF.
Cuando Morales anunció este 1 de mayo la renacionalización, Brufau volaba junto al embajador español en Bolivia, Ramón Santos, hacia la zona de Margarita.
Sus asesores en Madrid tuvieron que coordinarse con Moncloa y con el cuerpo diplomático para tomar una decisión: ¿debían mantener el acto o rehúsar en señal de protesta?
Brufau y el embajador decidieron asistir a la inauguración sólo cinco horas después del anuncio de expropiación. Ni en sus peores sueños, el presidente de Repsol hubiera imaginado que los estrategas de Morales y el menos previsible destino hicieran coincidir una noticia de tal calibre con la inauguración de Margarita sólo dos semanas después del varapalo de Kirchner.
La suerte, sin duda, no ha acompañado al ejecutivo de Mollerussa en los últimos dos meses. Una vez decidido que no se daba marcha atrás al plan previsto en Margarita, para no estropear la buena relación existente entre el Gobierno boliviano y Repsol, el embajador Santos, tras aterrizar, quiso dejar claro que la expropiación ha sido «una sorpresa, sin duda», y «no ha gustado» al Gobierno de Madrid.
«Es una medida que naturalmente no ha gustado a mi Gobierno», dijo Santos a un grupo de periodistas en el campo de gas natural Margarita, al sur del país.
El embajador reconoció que «el Gobierno de Bolivia puede adoptar una decisión de esta naturaleza», que cabe «dentro del ejercicio de la soberanía», pero a España le parece que el anuncio «manda una señal negativa desde el punto de vista de la inversión, tanto nacional como extranjera».
Sobre las relaciones bilaterales, añadió que España ha «mantenido buenas relaciones con el Gobierno [de Morales] a lo largo de estos años y queremos seguir manteniéndolas».
Brufau, en su discurso, obvió la polémica, por la cuenta que le trae a Repsol.
EL GOBIERNO RAJOY PONE BUENA CARA
La noticia llegó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de la mano del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, vía telefónica a primera hora de la tarde. El jefe de la diplomacia española acababa de colgar, a su vez, con el ministro de Exteriores boliviano, David Choquehuanca, al que le acababa de pedir explicaciones, tras enterarse de la noticia por el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia.
Las razones de Bolivia expresadas a García-Margallo son que el Estado compensará económicamente a la empresa española y que la nacionalización se lleva a cabo por imperativo legal. No hay ataque contra España.
La promesa es que va a encargar a una empresa independiente la valoración de la filial de Red Eléctrica y pagará en 180 días.
De momento, el Gobierno español no tiene previsto llamar a la embajadora boliviana en España, María del Carmen Almendros, para cursar una protesta oficial por la nacionalización.
Fuentes de La Moncloa insisten en el mensaje de que no hay ataque contra los intereses españoles, al igual que sostiene Bolivia. El curso de esta crisis, aseguran, es distinto del argentino por cuanto parte de razones legales.
LOS NEGOCIOS EN BOLIVIA
Bolivia exporta a Argentina alrededor de 7 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, que, gracias a la nueva planta, subirán hasta 11,6 millones.
El contrato vigente para la venta de gas de Bolivia a Argentina establece además que el volumen deberá incrementarse hasta 27,7 millones diarios en 2017.
Brufau dijo que la nueva planta permitirá aumentar la producción de Margarita de 3 a 9 millones de metros cúbicos diarios y anunció que en una posterior fase del proyecto se construirá una tercera planta para que en 2014 suba la producción a 15 millones de metros cúbicos por día.
Repsol y sus socios invirtieron 600 millones de dólares en la actual fase y en una segunda invertirán otros 660 millones.
Brufau no aludió al conflicto de Repsol con Argentina por la reciente expropiación de la mayoría de las acciones de la petrolera española en Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), ni a la toma hoy de la filial de REE en Bolivia, con militares ocupando sus instalaciones.
La inauguración de la segunda planta de Margarita fue programada antes de que Argentina anunciara el pasado 16 de abril la expropiación.
Margarita y el vecino campo de Huacaya forman el bloque Caipipendi, administrado por Repsol, que posee el 37,5% de la concesión, igual que BG, mientras que PAE tiene el restante 25%.
El campo Margarita está situada en el Chaco boliviano, donde las temperaturas suelen llegar hasta 50 grados centígrados, aunque hoy apenas superaron los 20.
Es en teoría uno de los mayores campos de gas natural de Bolivia, con reservas probadas de tres billones de pies cúbicos.
En noviembre de 2011 Brufau ratificó ante Morales un plan de inversiones de Repsol en Bolivia de 640 millones de dólares para el período 2010-2014, durante una visita de ambos al mismo campo.
Morales obligó en 2006 a las petroleras, entre ellas Repsol y la brasileña Petrobras, a firmar nuevos contratos de operación, con mayores ingresos para Bolivia.
Algunos medios locales han comentado que el 1 de mayo de 2006 Morales decretó la «nacionalización» petrolera con apoyo mayoritario de los bolivianos y los sindicatos, mientras que seis años después lo celebra en una planta de Repsol y con los trabajadores protestando contra él en la calle.