Hoy la izquierda de nuestro país demuestra lo huérfana que se haya de un líder dentro de nuestras fronteras. Esta soledad es la que ha llevado a un sector de la sociedad española a elevar a los altares a alguien como Hugo Chávez Frias.
Entre semejante amalgama de plañideras podemos ver a la parte reaccionaria del PSOE, a destacados actores con mono de una nueva edición de los Goya, al pacífico Arnaldo Otegui o a los miembros de Izquierda Unida.
Todos ellos defendiendo las bondades del chavismo y la cantidad de elecciones que ganó el Comandante y que, por tanto, le legitimaban. Sin ánimo de comparar, debemos recordar que un atroz dictador como Hitler también ganó elecciones…
Vaya por delante que lamento la muerte del Presidente venezolano. Eso debe quedar claro. Al igual que debe quedar claro que hay ciertos mantras de la izquierda que hay que rebatir. En las redes sociales y en algunos medios se está canonizando al Comandante alegando datos que distan mucho de la realidad.
Hace exactamente 5 meses, tuve la oportunidad de conocer de primera mano la realidad del pueblo venezolano. Estuve allí, viví el proceso electoral y pude intercambiar impresiones con todo aquel que estaba dispuesto a hablar sobre el Comandante.
Nada tiene que ver la información que aquí, a Europa, nos llega, con la realidad que allí se vive. Pero para que nadie pueda acusarme de trasladar una opinión meramente subjetiva, analicemos algunos datos destacables de la gestión de Chávez al frente de Venezuela.
Para empezar, llama la atención que todo el mundo te cuente que Caracas, la capital, era una de las ciudades más seguras de Sudamérica a finales de los 80 y principios de los 90. Uno no puede evitar preguntarse cómo es posible que hoy en día Caracas sea la segunda ciudad más peligrosa del mundo, solo por detrás de Ciudad Juárez y por delante de Bagdad. Y es que en Caracas hay una muerte violenta cada 30 minutos.
Una pista nos la puede dar el hecho de que en los años 80 la población no estaba acostumbradas al uso de armas, algo que es ilegal en el país y sin embargo, hoy en día, hay 9 millones de armas en todo Venezuela. 1 de cada 3 ciudadanos va armado.
Ante semejante panorama a nadie le puede extrañar que Venezuela con Chávez alcanzase en 2011 el 2º puesto del ranking mundial de miseria, por delante de Irán. Un logro que solo es equiparable a su nivel de corrupción, que lo sitúa como el país más corrupto de América Latina y uno de los más opacos a nivel mundial. Pakistán, Irán o Sierra Leona son más transparentes que la Venezuela de Chávez.
Mientras tanto la inflación se sitúa en el 18% y el déficit fiscal se eleva hasta un 24%.
De todas estas realidades del Gobierno de Chávez podemos hablar aquí, en España, en Europa pero no así en la propia Venezuela donde el Comandante se encargó de aniquilar la libertad de prensa y de tejer un tremendo entramado de medios de comunicación siervos del Gobierno. Desde que llegó el Comandante al poder han aumentado los medios públicos de 1 a 6 televisiones, de 0 a 4 periódicos y de 3 a más de 400 radios.
Mientras se gasta el dinero en difundir una imagen amigable de su multitudinario Gobierno (ha ido aumentando de forma exponencial el número de Ministros en cada legislatura) podemos ver como continuamente en los supermercados del país hay un continuo desabastecimiento de alimentos básicos como el arroz, la harina o el aceite.