Las líneas aéreas internacionales han empezado a suspender «temporalmente» sus operaciones a Venezuela por la factura de casi 4.000 millones de dólares que les adeuda el gobierno de Nicolás Maduro desde hace más de un año, lo que ha restringido la posibilidad de viajar de los venezolanos.
Como explica Ludmila Vinogradoff en ‘ABC‘, hay un efecto cascada. La primera en cerrar sus operaciones fue Air Canadá hace dos meses y ahora le siguen Alitalia y Lufthansa, mientras el resto de las 30 compañías ha puesto sus barbas en remojo reduciendo sus frecuencias a la espera de que el gobierno venezolano empiece a cancelar los compromisos adquiridos porque de lo contrario tendrán que suspender definitivamente sus vuelos o tomar medidas más drásticas como demandar al gobierno.
Humberto Figuera, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela, dijo a la agencia AFP que «la situación es crítica.
La deuda del gobierno con las aerolíneas llegó a cuatro mil millones.
Esto tiene un límite que lo establece cada línea, pero todas están preocupadas, todas están en la lista y estudian si deberán suspender operaciones temporalmente», apuntó.
El problema surgió cuando el dólar pasó al cambio de 11,30 bolívares hace cuatro meses cuando el año pasado los billetes aéreos habían sido vendidos al cambio de 6,30 bolívares.
«El 24 de enero el ministro de Transporte Aéreo y Acuático, Herbert García Plaza, convocó a las aerolíneas y les dijo que había voluntad de pagar pero que iban a hacer una auditoría. Los resultados fueron positivos y no había ninguna anormalidad. Pero nunca se pagó», explicó Figuera.
«Existe el riesgo real de aislamiento de aquí a unos meses», agregó Figuera en momentos en que Alitalia confirmó la suspensión de sus vuelos a Caracas durante cinco meses, siguiendo los pasos de Air Canadá en marzo, y mientras otra decena de empresas recortaron frecuencias y bloquearon ventas.
