La Argentina entró en recesión, al confirmarse dos trimestres consecutivos en la caída de la actividad económica.
El fenómeno, que está acompañado por un descenso en el poder adquisitivo de las familias tras la devaluación de enero y un escenario de «estanflación», viene estimulado por las pifias de la presidenta Cristina Kirchner y tendrá como efecto visible una inflación que este año superará el 35%, según las principales consultoras económicas del país.
La administración de Cristina Kirchner confirmó que en marzo pasado la actividad se contrajo un 0,9%. En el cuarto trimestre de 2013, la economía se había contraído un 0,4%, en tanto que, en el primer trimestre de 2014, la caída fue del 1,5%, según la medición desestacionalizada del PBI, que realiza el INDEC. Para las consultoras privadas, la economía ya estaba en recesión.
«La economía argentina está técnicamente en recesión. A partir de la gran devaluación de enero, la economía argentina entró en una zona de estanflación, o sea de crecimiento nulo con inflación alta», explicó el economista Ricardo Delgado, hoy ligado al opositor Frente Renovado y advirtió que se trata de «un escenario que seguramente va a continuar o se va a profundizar durante el año».
La recesión tiene su cara visible en los salarios privados, que aumentan entre un 5% y un 10% por debajo de la inflación -que se espera sea del 35% o más este año- y en las industrias, como la automotriz, que debió suspender a 12.000 empleados por la caída en ventas y menores pedidos de Brasil.
