Estados Unidos no ha importado ni un solo barril de petróleo procedente de Venezuela durante las últimas tres semanas.
Como subraya Ángel Bermúdez en BBC Mundo este 17 de junio de 2019, se trata de un dato relevante si se considera que el país sudamericano tiene las mayores reservas de petróleo del mundo y que durante décadas ha estado entre los principales proveedores de crudo de la mayor potencia del mundo.
No hace mucho, apenas a inicios de este año, la petrolera estatal venezolana, Pdvsa, enviaba más de medio millón de barriles diarios a EE.UU.
Esa cifra ya reflejaba un gran descenso en comparación con los años de mayor producción petrolera de Venezuela, a finales de la década de 1990, cuando las ventas de crudo a Estados Unidos llegaron a rozar los 2 millones de barriles diarios, según datos de la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA, por sus siglas en inglés).
La caída registrada en las últimas semanas, no obstante, no es consecuencia del descenso en la producción de Pdvsa sino de las sanciones aplicadas por la Casa Blanca en contra del presidente venezolano Nicolás Maduro.
En enero pasado, el gobierno de Donald Trump anunció la congelación de los fondos procedentes de la compra de petróleo a Venezuela.
La medida buscaba forzar la salida del poder de Maduro, cuya legitimidad Washington cuestiona por haber sido elegido en mayo de 2018 en unos comicios cuestionados por una parte de la comunidad internacional.
Las sanciones contemplaban unas autorizaciones temporales para el cumplimiento de contratos existentes por lo que las importaciones de crudo venezolano fueron disminuyendo a lo largo de estos últimos cuatro meses hasta llegar al punto actual.
Pero, como ocurre en todo mercado, el frenazo de los envíos de Pdvsa ha significado al mismo tiempo el surgimiento de una oportunidad para que otros países aumenten sus exportaciones a Estados Unidos.
Entonces, ¿quiénes han resultado beneficiados con esta nueva situación?
Un hueco difícil de llenar
El principal cliente del crudo venezolano en Estados Unidos era Citgo, una subsidiaria de Pdvsa que llegó a tener en Estados Unidos ocho refinerías y miles de estaciones de servicio propias.
La adquisición de Citgo, realizada después de la nacionalización petrolera ocurrida en Venezuela en la década de 1970, formaba parte de la estrategia de internacionalización de Pdvsa, que buscaba, entre otros objetivos, garantizar la entrada del crudo venezolano en el mercado estadounidense.
Los otros grandes compradores de crudo venezolano en Estados Unidos son la empresa Valero Energy Corp y la transnacional Chevron.
«En 2018, 98% de las exportaciones de petróleo de Venezuela hacia Estados Unidos tuvieron como destino refinerías en la Costa del Golfo«, dice Mason Hamilton, analista principal de mercados petroleros de la EIA, en conversación con BBC Mundo.
En esa región hay un conjunto de centros de refinación que desde hace décadas están adaptados total o parcialmente para procesar el petróleo venezolano.
«El crudo venezolano es muy pesado, muy viscoso y tiene un alto contenido en azufre. Así que no lo puedes sustituir con cualquier tipo de petróleo pues tendrías que incurrir en grandes costos para hacer numerosos cambios. Por eso, lo que las refinerías hacen es intentar reemplazarlo con crudos similares».
Según el experto, otros países que tienen petróleo pesado de este tipo son Canadá y México. También en parte Arabia Saudita, Irak, Colombia y Ecuador.
«Últimamente hemos visto un incremento significativo de importaciones de crudo de Canadá en la Costa del Golfo de EE.UU y, en cierta medida, de México, Irak, Colombia y también un poco de Ecuador».
Matt Smith, director de investigación de materias primas de ClipperData, una empresa especializada en seguimiento al transporte global de petróleo por vía marítima, señala que tras las sanciones a Venezuela, los crudos pesados procedentes de América Latina han sido la fuente obvia para sustituir el crudo venezolano, dada la cercanía geográfica.
«Vimos una respuesta inmediata en un repunte de las exportaciones de México en febrero y, en los últimos meses, hemos observado mayores volúmenes procedentes de lugares como Brasil, Ecuador y Colombia. Incluso hemos visto crudo pesado llegando de lugares más lejanos como Rusia, Kazajistán y Reino Unido».
En respuesta a una consulta de BBC Mundo, Ray Fohr, asesor de Asuntos Corporativos de Chevron, envió un mensaje en el que señaló que esa empresa «trabaja activamente para garantizar que continúan suministrando a sus clientes combustibles y lubricantes de la mayor calidad, al tiempo que siguen cumpliendo con todas las leyes y regulaciones».
BBC Mundo hizo consultas similares a Citgo y Valero pero no obtuvo una respuesta a la hora de publicar este artículo.