El dictador Nicolás Maduro anunció que entregará minas de oro a las gobernaciones en manos de su grupo político, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Así lo dijo sin pudor desde el palacio de Miraflores: «He aprobado entregar una mina de oro en pleno proceso productivo, en capacidad productiva, en cada gobernación para la producción de recursos en divisas convertibles para nuestro pueblo».
Como no puede ser diferente «el hijo de Chávez’ explicó que esta medida se enmarca en el ‘Plan Minero Tricolor’, que representa «un nuevo modelo de alianza estratégica de actividades primarias y conexas inherentes a los minerales estratégicos con los entes públicos».
Eso sí, para dejar claro que en Venezuela no se gobierna en democracia, Maduro dispuso que las cuatro gobernaciones que están bajo control de la oposición (Nueva Esparta, Mérida, Táchira y Anzoátegui) no le serán asignadas estas minas. El dictador justificó su decisión al asegurar que esas localidades «están abandonas».
El país está dividido en 23 estados, de los cuales 19 están bajo el ala del régimen chavista.
Pese al anuncio, Maduro no dio detalles sobre cómo realizará la explotación del mineral ni su comercialización, operativa que según denuncias de distintas ONG’s venezolanas está en manos de grupos terroristas como el ELN o las FARC.
El líder chavista destacó que el llamado arco minero del Orinoco ha sido clave para atraer la inversión extranjera, si bien avanzó que el régimen reorganizará los yacimientos para contar también con inversores nacionales.
Asimismo, anunció que los gobernadores recibirán un millón de petros con carácter bimensual “para su uso libre” en las “necesidades” de sus territorios. “Esto significa que les estamos asignando entre 1,3 y 3,2 millones de euros bimensuales”, detalló.
“Recursos directos de la mina de oro al Estado, de la mina de oro a la Gobernación. Buscando nuevas fuentes directas de divisas convertibles”, recalcó Maduro, según informa la cadena venezolana Noticias 24.