No se pueden dejar de pasar por alto las ‘otras’ versiones que circulan con fuerza por Internet en torno al accidente que sufrió el avión de Germanwings, el 24 de marzo de 2015.
Por doloroso y escandaloso que para algunos pueda parecer, las teorías de una conspiración, que contradicen la versión oficial de que el Airbus A320-211 del vuelo 9525 se estrelló contra los Alpes franceses en una acción deliberada del copiloto Andreas lubitz, se sustentan, cuando menos, en cuestiones que dan qué pensar.
El caso más extraño es que durante los 8 minutos que duró el descenso hacia la muerte, a ninguno de los pasajeros se le ocurrió siquiera mandar un mensaje por su móvil…
Las mismas son proporcionadas, -amén de por los ‘listillos’ de turno-, por avezados pilotos y otros expertos que cuestionan algunas extrañas circunstancias que pasamos a enumerar.
Desde la receta de croquetas que el ‘suicida’ consultó la víspera de la tragedia, hasta el desmentido de algunos familiares, que dicen que de depresión nada, que lo suyo fue una simple gripe, que cada cual saque sus propias concusiones.
LAS ‘PRUEBAS’
En suma, se apunta a que el aparato pudo ser alcanzado por un rayo láser durante unas maniobras de la OTAN, con el simulacro CMX-04.
Se realizaban, al parecer, probando el sistema HELLADS (High Energy Liquid Laser Area Defense System o Sistema de Defensa de Área Láser Líquido de Alta Energía), un arma con la que se intentaba derribar un vehículo ICBM de reentrada.
Según supuestos informes, la Flota del Norte fue avisada de este incidente por parte del caza submarino Severomorsk, actualmente en operaciones en el Mediterráneo, que reportó que se detectaron anomalías eléctricas atmosféricas de gran extensión sobre el sur de Francia, el occidente de Italia y el suroeste de Suiza.
El área donde se hicieron estas detecciones por parte del Severomorsk, resulta ser la zona de maniobras de combate del 510 Escuadrón de Combate de la Fuerza Aérea Estadounidense, que opera desde la Base Aérea de Aviano en Italia.
El informe del MoD clarifica que los sistemas de radar de EE.UU-Reino Unido-Unión Europea, muy seguido se bloquean al despegue/aterrizaje de los bombarderos, y que en este caso probablemente coincidió con el despliegue de un Bombardero Lancer B-1 Británico, algunos de los que pueden utilizar también el referido sisema.
EXTRAÑA PÉRDIDA DE ALTURA
Se indica que el Airbus 320 comenzó a perder altura a 32 millas del aeropuerto de Toulon, aunque el piloto decidió pasar de largo.
La pregunta que se hacen en la red y webs conspiranoicas es:
«¿Fue también decisión de Lubitz dejar pasar la ocasión de un aterrizaje seguro para investigar la causa del problema? ¿O no había tal problema y la circunstancia señalada era parte de la navegación prevista?».
UNA ‘RARA’ CAJA NEGRA
Uno de los principales fragmentos de datos utilizados para justificar la historia del «piloto suicida» procede de la supuesta grabación de la caja negra, según la que se nos ha dicho que puede escucharse la «respiración» de Lubitz.
Esta afirmación ha sido directamente rebatida por Gerard Arnoux, capitán de Air France, con 18 años de experiencia, y portavoz del comité nacional de supervisión de la seguridad aérea, según ha manifestado a ‘Le Grande Journal‘. Arnoux declara que existen tres errores en la historia oficial:
1.- Es imposible escuchar la respiración de un piloto en una caja negra. Arnoux declara que las cabinas de la primera generación de los A320 son muy ruidosas, tanto que, en pleno vuelo los pilotos acostumbraban a utilizar auriculares para hablarse entre ellos. La idea de que la caja negra CVR pudiera registrar la respiración de Lubitz con tanto ruido ambiental es imposible, según Arnoux.
2.- La historia oficial afirma que los investigadores escucharon el «pip» de la palanca que Lubitz pulsó para iniciar el descenso del avión. Arnoux afirmó categóricamente que esta palanca no emite sonido alguno.
3.- Porqué los investigadores no han hecho ninguna mención de haber escuchado el estridente pitido que hace la consola de la puerta de la cabina cuando se introduce el código de acceso de emergencia para abrir la puerta de la cabina.
Arnoux reconoce que el código para apertura de emergencia podría haber sido invalidado por alguien manualmente en la cabina, manteniendo hacia abajo el botón de cierre, pero eso no hubiera impedido el pitido una vez introducido el código desde el exterior.
Esto hubiera sido la confirmación más evidente de que uno de los pilotos había sido encerrado fuera. Pero no se mencionó nada de esto.
«OSCUROS INTERESES»
Se cuestiona la fuente que informa al prestigioso diario ‘The New York Times‘, un «anónimo veterano oficial militar francés», recordando viejas tramas conspiranoicas como la tristemente famosa «mochila de Vallecas».
Al hilo de ello encontramos otra información:
«Desde hace tiempo se venía comentando posibles amenazas nucleares de Rusia por parte de la OTAN a raíz de los conflictos en Ukrania y sobre todo por los constantes rumores de la caída del sistema monetario mundial encabezado por EE.UU.»
Igualmente se apunta que se han silenciado los testimonios sobre la explosión escuchada antes de la caída del aparato, también la observación de humo que salía del aparato o la posible escolta de uno o dos cazas.
Finalmente cabe señalar que el avión, según expertos, desafió las leyes de la física, ya que al estrellarse a una velocidad de 600 kilómetros por hora no quedaron sus restos de forma compacta, -como cabría esperarse-, sino dispersos y en pequeños trozos, como se sabe.
Un testimonio de un piloto de helicópteros con base en Orange, a 30 kilómetros donde cayó el aparato, señala que se encontraron pedazos muy por encima del punto de impacto.