La esperada ofensiva para quitarle el control de Mosul al grupo Estado Islámico comenzó el lunes y siguió el martes con ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos y fuego de artillería sobre una serie de poblados en el borde de la histórica planicie iraquí de Nínive, al este de la ciudad capturada por los extremistas.
Combatientes de las fuerzas kurdas iraquíes conocidas como peshmerga encabezaron el ataque, avanzando lentamente por campos cubiertos de minas mientras columnas de humo anaranjado y negro se elevaban encima, la fase inicial de una campaña sin precedentes que se prevé tome semanas o tal vez meses e involucre a más de 25.000 soldados.
Un video distribuido por la cadena CNN muestra el lento avance de las tropas iraquíes y un contraataque del ISIS liderado por un solitario atacante suicida que se hace explotar.
Al anochecer las fuerzas kurdas habían retomado unos 200 kilómetros cuadrados de territorio, de acuerdo con el presidente de la región del Kurdistán en Irak. Comandantes peshmerga en el terreno calcularon que en la ofensiva se retomó el control de nueve poblados y se hizo retroceder ocho kilómetros el frente con el Estado Islámico.
Otro video divulgado por Rudaw, una agencia de medios kurda, muestra a los peshmerga combatiendo casa por casa en uno de los pueblos en las afueras de Mosul.
Sin embargo, el control de las fuerzas kurdas parecía frágil y las ganancias de terreno simbólicas en gran medida. Algunas de las aldeas son tan pequeñas que no suman más de una docena de casas, y la mayoría estaban abandonadas.
Y aunque algunos soldados se encontraban a menos de 30 kilómetros de las afueras de Mosul, no estaba claro cuánto tiempo tomaría llegar a la ciudad en sí, donde aún viven más de un millón de personas. Organizaciones de ayuda humanitaria han advertido de la posibilidad de un éxodo masivo de civiles que podría abrumar los campamentos de refugiados.