En su mensaje de presentación el pasado 1 de diciembre, cuando asumió el cargo de Alto Representante para la Unión Europea, Josep Borrell, anunciaba que dedicaría su mandato a reforzar el peso internacional del bloque en la comunidad internacional, y lo está haciendo, pero para hundir su credibilidad.
Sin embargo, la postura amable que ha asumido Borrell con los regímenes totalitarios de Nicaragua, Cuba y Venezuela han socavado la imagen de la Unión Europea, sobre todo después de las últimas declaraciones del jefe de la diplomacia el pasado miércoles 18 de diciembre, cuando afirmó que «Hay que ser realista, las cosas son como son. Casi un año después Guaidó sigue donde estaba y Maduro donde está. Si Maduro no se quiere marchar tenemos un problema, esto no se arregla con invocaciones a la divinidad».
Unas lamentables declaraciones que han demostrado una total indiferencia por lo que sucede en aquellos países.
El eurodiputado Hermann Tertsch ha sido contundente al responder en la Eurocámara que «Cuando se oye al alto representante de Unión Europea, da la impresión de que la situación en Venezuela se debe a una catástrofe natural… hay que ir a las causas de la tragedia inmensa que tenemos y ver que las causas son el régimen».
Borrell ni se atreve a entrar a describir con detalles lo que sucede en el país suramericano, pero el eurodiputado de Vox si lo hizo:
«El régimen venezolano acaba de lanzar una operación para detener a los miembros de la Asamblea Nacional, la represión continúa, que es la causa en sí, se han documentado ya 6.800 ejecuciones extrajudiciales por la Policía venezolana en 14 meses, miles de detenidos han sufrido torturas y violencia sexuales inenarrables, pero el señor Borrell insiste en que no quiere ni siquiera sanciones puntuales contra la cúpula de este régimen criminal que ha causado la mayor catástrofe humanitaria en tiempos de paz habida en América».
Algunos apuntan a que se puede tratar de un tema ideológico del socialista Borrell, por su obsesión de responsabilizar a Estados Unidos de los problemas que en realidad han sido causados por la dictadura de Nicolás Maduro, pero Leopoldo López Gil, europarlamentario por el Partido Popular fue contundente contra el análisis superficial de Borrell, y afirmó que lo que se necesita es «un liderazgo adecuado».
«El Parlamento Europeo puede revertir esta situación y poner fin a esta dictadura, con un liderazgo adecuado por el Alto Representante y elevar las sanciones contra los responsables de las continuas violaciones de los derechos humanos», dijo el representante del Partido Popular español.
Tertsch ha señalado que, con este tipo de planteamientos, el máximo representante de la diplomacia europea «hunde la credibilidad de Unión Europea».
“Señala el señor Borrell que hay que ser realista, que las cosas son como son, si Maduro no se quiere marchar tenemos un problema, dice, No uno señor Borrell, tenemos muchos problemas, los tiranos no se van voluntariamente nunca, los venezolanos huyen y mueren y están muriendo a miles, y la UE se está hundiendo, hunde su credibilidad con una indolencia inmoral que es la que tenemos, esta pasividad, que nos hace cómplices a todos de esta tragedia”, concluyó Tertsch desde la Eurocamara.