Josep Borrell está muy próximo a ser una reencarnación política de José Luis Rodríguez Zapatero. El Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea afirmó, ante periodistas españoles en Estrasburgo, que «hay que ser realista. Las cosas son como son. Casi un año después Guaidó sigue donde estaba y Maduro donde está. Si Maduro no se quiere marchar tenemos un problema, esto no se arregla con invocaciones a la divinidad». En este sentido, la solución para el representante del PSOE pasa por las viejas fórmulas que ya se han visto implementadas, de forma estéril, por el expresidente español.
Para comenzar, Borrell adopta el discurso de la izquierda radical donde afirma que hay «una división en el espectro político entre una parte más entregada a Maduro y otra más a Trump», como si la oposición venezolana fueran unos borregos detrás de las medidas implementadas por el presidente de Estados Unidos. Una ofensa para los ciudadanos que han visto con sus propios ojos la represión del régimen chavista, las torturas, la violación de los Derechos Humanos y de los valores democráticos. En este sentido, se vuelve a ver cómo el representante español adopta un discurso «antiimperialista» tan común en los discursos bolivarianos.
En un homenaje al ‘superhéroe’ de los tiranos latinoamericanos, José Luis Rodríguez Zapatero, Borrell considera que la solución está en aumentar la actividad diplomática del llamado «grupo de contacto», creado a propuesta suya en su etapa como ministro de Exteriores de España y que no ha aportando ningún avance desde su creación. En este sentido, hace oídos sordos a las peticiones internacionales y de los propios venezolanos de aumentar la presión económica contra la dictadura: «La UE no ha establecido sanciones al pueblo venezolano. No hay que imponer sanciones de tipo económico masivo que no harían sino empeorar una situación dramática en Venezuela». Una excusa cuando la población venezolana ya está en una situación precaria que se agrava con el paso del tiempo y la inacción de la Unión Europea.
Sin embargo, Borrell va un paso más allá y cierra la puerta a nuevas sanciones a los líderes chavistas: «No hay ninguna propuesta de ningún país para que se apliquen nuevas sanciones … Las sanciones tienen que estar justificadas. Las cuentas corrientes se bloquean por orden judicial en un estado de derecho». En este sentido, se ofrece una ‘zona de confort’ al chavismo, justamente a pocos días del encuentro entre el Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de Laiglesia y González de Peredo, y el ministro chavista, Jorge Arreaza.