El eurodiputado Leopoldo López Gil ha puesto en su sitio a Josep Borrell durante el pleno del Parlamento Europeo que se ha celebrado en Estrasburgo. Al representante del Partido Popular (PP) no le ha gustado las últimas declaraciones del Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea en las que afirma que en el caso de Venezuela «una división en el espectro político entre una parte más entregada a Maduro y otra más a Trump».
Durante su intervención en el pleno, donde se abordó el tema de la grave crisis humanitaria de Venezuela, el eurodiputado recriminó a Borrell sus declaraciones a los medios españoles y le precisó que «hay mucho más» que el conflicto entre dos bandos. Sin embargo, le dio la razón al socialista cuando afirma que la solución al éxodo masivo de venezolanos pasa por la salida de la dictadura de Nicolás Maduro del poder. una tarea que no es fácil, por lo que explicó al Parlamento Europeo que «los tentáculos del dictador Nicolás Maduro pretenden de nuevo aniquilar al único poder legítimo en Venezuela, la Asamblea Nacional».
La crisis humanitaria de Venezuela hace que España cuente con más de 300.000 refugiados, lo que le coloca a la cabeza de Europa en peticiones de asilo, precisó López Gil. En este sentido, afirmó que «el Parlamento Europeo puede revertir esta situación y poner fin a esta dictadura, con un liderazgo adecuado por el Alto Representante y elevar las sanciones contra los responsables de las continuas violaciones de los derechos humanos». Unas medidas que, sin embargo, ya fueron desechadas por el propio Borrell en sus declaraciones a los medios.
El Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea afirmó, ante periodistas españoles en Estrasburgo, que «hay que ser realista. Las cosas son como son. Casi un año después Guaidó sigue donde estaba y Maduro donde está. Si Maduro no se quiere marchar tenemos un problema, esto no se arregla con invocaciones a la divinidad». En este sentido, la solución para el representante del PSOE pasa por las viejas fórmulas que ya se han visto implementadas, de forma estéril, por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero.
Borrell considera que la solución está en aumentar la actividad diplomática del llamado «grupo de contacto», creado a propuesta suya en su etapa como ministro de Exteriores de España y que no ha aportando ningún avance desde su creación. En este sentido, hace oídos sordos a las peticiones internacionales y de los propios venezolanos de aumentar la presión económica contra la dictadura: «La UE no ha establecido sanciones al pueblo venezolano. No hay que imponer sanciones de tipo económico masivo que no harían sino empeorar una situación dramática en Venezuela». Una excusa cuando la población venezolana ya está en una situación precaria que se agrava con el paso del tiempo y la inacción de la Unión Europea.
Sin embargo, Borrell va un paso más allá y cierra la puerta a nuevas sanciones a los líderes chavistas: «No hay ninguna propuesta de ningún país para que se apliquen nuevas sanciones … Las sanciones tienen que estar justificadas. Las cuentas corrientes se bloquean por orden judicial en un estado de derecho». En este sentido, se ofrece una ‘zona de confort’ al chavismo, justamente a pocos días del encuentro entre el Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de Laiglesia y González de Peredo, y el ministro chavista, Jorge Arreaza.