La principal ciudad de los Andes de Venezuela se rebela contra el Gobierno chavista

Venezuela se asoma al abismo, empujada por Nicolás Maduro un presidente inepto, corrupto y represor. Los signos son cada hora más evidentes. Los vecinos levantan barricadas en San Cristóbal, en el estado de Táchira. y la ingobernabilidad que se ha adueñado desde hace semanas de la principal ciudad de los Andes de Venezuela, se extienda hacia otras poblaciones más importantes, donde el Gobierno ha enviado al Ejército.

Da igual ya que sicarios en motocicleta asesines reinas de belleza, estudiantes y hasta niños.

El país revienta por los cuatro costados. Este sábado, 8 de marzo de 2014, los opositores marcharon por Caracas con sus cacerolas, en un nuevo desafío al gobierno de Nicolás Maduro en un país conmocionado por un mes de protestas que han dejado 20 muertos y decenas de denuncias de abusos policiales.

Convocada por Henrique Capriles y por la Mesa de Unidad Democrática (MUD), y prohibida por Maduro, la marcha recorrió Caracas hasta el Ministerio de Alimentación protestando por el desabastecimiento de productos básicos, casi uno de cada tres artículos, según cifras oficiales.

El alcalde chavista del municipio de Libertador -feudo del gobierno y donde se ubica el ministerio-, Jorge Rodríguez, había anunciado más temprano que se le negaba a la oposición el permiso para marchar bajo el argumento de que puede derivar en violencia, pero la gente no hizo caso.

Y este mismo sábado, superado por los acontecimientos, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, anunció la creación de «un sistema superior» de abastecimiento «para aplastar a los especuladores que se aprovechan», según el mandatario, de los actuales programas de precios subsidiados.

«Voy a lanzar un nuevo sistema con un conjunto de componentes que fortalezcan el apoyo de la familia que va a abastecerse. Es un sistema con una tarjeta bancaria electrónica».

Además, confirmó que, como lo hacen «las cadenas capitalistas», regalarán casas, vehículos y motocicletas a los ciudadanos que se inscriban en el programa.

El desabastecimiento es uno de los principales problemas que afronta del país y el Gobierno admite que 28 de cada 100 productos medidos no se encuentran ni tienen sustituto, de lo que responsabiliza a «una guerra económica» que, denuncia, le ha declarado la oposición política y empresarial.

A la escasez se une la inflación, superior al 56% en 2013, entre los problemas que explican el descontento que recorre el país.