El ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, aseguró que «ya no aguantaba más» escondido, al ser detenido junto a su esposa, María de los Ángeles Pineda, como autores intelectuales de la desaparición de los 43 ‘normalistas’ (estudiantes de magisterio) de dicho municipio mexicano.
Eran las 2.30 (hora local) del martes cuando efectivos de la Policía Federal irrumpieron en una modesta vivienda del barrio de santa María Aztahuacán, en la delegación Iztapalapa, en la capital mexicana para detener a la ya bautizara por la prensa como «pareja imperial».
SIN RUIDO
Los agentes se colaron en la casa sin hacer el más mínimo ruido para impedir que Abarca y Pineda escaparan al advertir su presencia. El todopoderoso matrimonio de Iguala fue despertado a gritos para darse cuenta de que su plan de fuga había quedado desbaratado.
Según fuentes citadas por los medios de comunicación mexicanos, Pineda reaccionó como si no supiera por qué estaba siendo detenida, y con cierta superioridad. «¡Ya déjenme, qué se creen!», dijo, de acuerdo con ‘La Jornada’. Enseguida fue reducida y esposada.
Abarca, por su parte, reaccionó de forma muy distinta. «Ya no aguantaba más esconderme», habría dicho. Al parecer, no opuso ninguna resistencia y se mostró pensativo durante todo el operativo de seguridad.
Poco antes de las 4.00 (hora local) Abarca y Pineda eran puestos a disposición de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde se les hicieron exámenes médicos para constatar que no habían sido maltratados.
INTERROGATORIO
Desde entonces, la «pareja imperial» permanece recluida en la SEIDO para ser interrogada por los investigadores del caso. Todavía no ha trascendido nada, pero el nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, ha indicado que los 43 ‘normalistas’ podrían estar vivos.
La hija de Abarca y Pineda, Yazareth Liz, se ha presentado voluntariamente en la SEIDO, donde será interrogada en calidad de testigo sobre las actuaciones de sus padres, ha informado el diario mexicano ‘Milenio’.