La guardia fronteriza húngara ataca con gas pimienta a un grupo de refugiados sirios, incluidos niños, cuando intentaban ingresar al país desde la vecina Serbia.
Los agentes permanecieron impasibles observando detrás de las vallas de alambre de púas a los desplazados, que les suplicaban ayuda para dejarles cruzar la frontera, informa ‘The New York Times‘. Entre ellos había mujeres y niños.
Cuando los desplazados se acercaron a la verja la guardia fronteriza roció con gas pimienta a los inmigrantes indiscriminadamente mientras se les gritaba que regresaran a Serbia. Entretanto, los niños se retiraron entre gritos y lágrimas por los efectos del gas.
Este sábado las autoridades de Alemania y Austria decidieron abrir sus fronteras para los miles de refugiados que permanecían en Hungría y calificaron la política hacia los refugiados de este último país como «difícil de entender» y «no satisfactoria».
Por su parte, Budapest aseguró que la crisis que afronta con los refugiados es «consecuencia del fracaso de la política migratoria de la UE y de las graves e irresponsables declaraciones» de los políticos europeos.
Además, las autoridades húngaras pretenden cerrar en todo el país el corredor para los refugiados que se dirigen hacia Alemania y Austria, debido a que sus vecinos occidentales han creado «una incontrolable situación migratoria», informa la agencia Tass.