Apenas cinco días después de que Rusia iniciara bombardeos en territorio sirio, la tensión escala.
La entrada de aviones rusos en espacio aéreo turco derivó en advertencias de Turquía y la OTAN, que vigilan con desconfianza los movimientos del aliado del líder sirio Bashar Al Asad.
Turquía convocó al embajador de Moscú en Ankara por segunda vez tras detectar que aviones rusos volvieron a entrar en su espacio aéreo también el domingo.
Las autoridades rusas reconocieron que un Su-30 entró «brevemente, por unos segundos» en el espacio aéreo turco.
El incidente llevó a Turquía a movilizar a varios de sus cazas F16 y, aunque no pasó a mayores, Estados Unidos señaló que Turquía hubiera tenido el derecho de disparar contra la aeronave.
La sorpresiva intervención rusa «ha alcanzado un nivel más peligroso», señaló la OTAN, después de que se conociera que el sábado un avión de combate ruso entrara en el espacio aéreo de Turquía.
El Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de decisión de la OTAN, se reunió este lunes de urgencia tras el incidente, le pidió además a Rusia que detenga «inmediatamente» sus ataques contra la oposición y civiles en Siria.
Violación espacio aéreo
Moscú, que comenzó los bombardeos en territorio sirio el 30 de septiembre, defiende que sus ataques están orientados a combatir al autodenominado Estado Islámico (EI), y otras posiciones de los extremistas.
Sin embargo, tanto la coalición liderada por Estados Unidos como el gobierno de Turquía aseguraron que los grupos contrarios a Asad han sido objeto de ataques.
Los países de la OTAN mostraron su «profunda preocupación» por la escalada militar rusa en Siria, en particular, por los ataques contra las ciudades sirias de Hama, Homs y Idlib que «han provocado víctimas civiles» y «no han tenido como objetivo» a EI, indicaron en un comunicado tras la reunión.
La Alianza señaló que las acciones militares de Rusia «han alcanzado un nivel más peligroso con las recientes violaciones del espacio aéreo turco» e instó a Moscú a evitar una escalada de tensiones con la OTAN y centrar los esfuerzos en la lucha contra el EI.
El Kremlin recela también de la OTAN a la que no quire que incremente su presencia cerca de sus fronteras.
Movimientos de Rusia
El Pentágono está atento a los próximos pasos de Rusia.
Moscú ha asegurado que no llevará a cabo una intervención sobre el terreno pero que hace unas semanas comenzó a mover material y personal, según indicó a BBC Mundo una portavoz del Pentágono la teniente coronel del Ejército Michelle Baldanza.
«Desde principios de septiembre, Rusia desplegó equipos militares y personal a la base aérea Bassel al Asad a las afueras de Latakia, en Siria», indicó.
«Esto incluye viviendas modulares para el personal, aviones de combate, helicópteros, sistemas de antimisiles, tanques, vehículos blindados de transporte de personal y equipo de apoyo para las operaciones de aéreas».
El Pentágono instó a Rusia a cesar las «acciones provocativas» que puedan avivar el conflicto sectario y «radicalizar» a la oposición moderada siria que lleve a «restrasar una transición política».