El precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó este domingo 7 de febrero de 2016 que estaría dispuesto a imponer medidas severas para combatir la amenaza del Estado Islámico, incluyendo retomar la polémica técnica de interrogación conocida como ahogamiento simulado.
En una entrevista con el programa «This Week» de la cadena ABC, Trump discutió la posibilidad de restablecer el método e implementar otras técnicas de interrogación, señalando que la reciente decapitación de cristianos en Medio Oriente es evidencia de la necesidad de utilizar tácticas más fuertes para supuestos miembros de grupos extremistas.
«Es como si viviéramos en tiempos medievales», apuntó el multimillonario norteamericano.
«Si tengo que hacerlo y si depende de mi, restablecería el ahogamiento simulado. Y si hubiera algo más severo que eso, también lo volvería a imponer»,
agregó.
Al ser consultado por el entrevistador George Stephanopoulos sobre si eso significa que Estados Unidos emplee métodos similares a decapitar captores, Trump respondió que «vamos a hacer cosas más allá del ahogamiento simulado».
Más temprano, el precandidato republicano dijo que no necesita ganar el martes en la primaria de New Hampshire para asegurarse la nominación, bajando el perfil al acto pese a que lleva una ventaja de dos dígitos en las encuestas.
El multimillonario quedó segundo en Iowa, detrás del senador Ted Cruz, pese a que los sondeos lo mostraban como un claro ganador. Su candidatura preocupa al sector más conservador de su partido en una campaña llena de polémicas, como su pedido de impedir que los musulmanes entren a Estados Unidos.
Ningún republicano ha ganado la nominación desde 1970 sin imponerse en el caucus de Iowa o la primaria de Nuevo Hampshire, aunque técnicamente esto no es imposible.
Al ser consultado sobre si una derrota el martes sería un duro golpe para su campaña, Trump dijo a la cadena NBC: «No creo que lo necesite. Me gustaría ganar, pero no sé si es necesario».
Recientes encuestas de opinión le han dado a Trump una ventaja de entre 10 y 22 puntos porcentuales sobre su más inmediato competidor.