Las fuerzas venezolanas han empleado gases lacrimógenos contra los manifestantes que se han concentrado este jueves 2 de junio de 2016 en Caracas para protestar por la escasez de alimentos, al grito de «¡Tenemos hambre!», y han agredido a los periodistas que cubrían la noticia, dejando más de una decena de heridos.
Mientras Maduro se marcaba un baile de masas, -en el amplio sentido de la palabra-, decenas de personas se han concentrado en la avenida Urdaneta y han avanzado hacia la avenida de las Fuerzas Armadas, muy cerca del Palacio de Miraflores –sede de la Presidencia–, por lo que la Policía y la Guardia Nacional Bolivariana (PNB y GNB) les han cortado el paso.
«Llevo aquí desde las 8.00 de la mañana. No hay más comida en las tiendas y supermercados. Estamos hambrientos y cansados»,
ha contado una mujer que hacía cola cerca del lugar de la protesta a la cadena local Vivoplay.
Ante la negativa de los manifestantes a parar la marcha, los agentes han lanzado gases lacrimógenos. Además, han requisado el material de trabajo a los periodistas de distintos medios de comunicación privados que cubrían la noticia.
«Adolfo Acosta y Luis Morillo, fotógrafos, fueron golpeados por efectivos de la GNB en la avenida Urdaneta», ha afirmado el diario venezolano ‘El Universal’. «Los funcionarios (…) les quitaron los equipos mientras los agredían. Ambos recibieron fuertes golpes en el rostro y en el cuerpo»,
ha sostenido.
«Andrea Cedeño, periodista, William Ríos camarógrafo y el chofer de VivoPlay, fueron interceptados por sujetos armados, quienes los bajaron del automóvil apuntándolos con armas y les quitaron sus equipos. Pidieron ayuda a la PNB que pasaba frente a ellos en el momento de la agresión, pero fueron ignorados»,
ha añadido.
El alcalde del municipio de Libertador, el ‘chavista’ Jorge Rodríguez, ha atribuido la violencia a los ex guerrilleros de Bandera Roja, al tiempo que ha denunciado que pequeños comercios han empezado a vender ilegalmente «productos de la cesta básica».
Venezuela sufre una grave crisis de abastecimiento que ha obligado a la población a esperar largas colas en los supermercados para poder comprar los pocos productos que llegan. El Gobierno de Nicolás Maduro culpa de la situación a una supuesta «guerra económica» lanzada por la oposición con apoyo extranjero.