Si se mantiene fiel a su discurso de campaña, la elección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría cambiar radicalmente la relación de este país con el resto del mundo.
Y, por esa vía, provocar profundas transformaciones en todo el planeta.
BBC Mundo te resume aquí los principales cambios globales que podría acarrear la llegada de Trump a la Casa Blanca.
1. Libre comercio
Si Donald Trump se mantiene fiel a su discurso, el cambio en la forma en la que Estados Unidos hace negocios con el resto del mundo será el más radical en décadas.
El magnate prometió cancelar varios de los tratados de libre comercio vigentes, incluyendo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (entre EE.UU., Canadá y México), al que culpa por la pérdida de puestos de trabajo estadounidenses.
Para Trump, el libre comercio es la causa de la pérdida de puestos de trabajo en EE.UU.
Y también ha sugerido sacar a EE.UU. de la Organización Mundial de Comercio.
Trump también está a favor de subir los aranceles a las importaciones.
Durante la campaña mencionó tarifas del 45% para China y del 35% para los productos provenientes de México, con el objetivo de evitar que más empresas se muden al sur de la frontera.
2. Cambio climático
Trump ha dicho que «cancelaría» el acuerdo sobre el cambio climático de París, que más de 195 países suscribieron en diciembre de 2015 en la capital francesa.
Trump ha descrito públicamente las preocupaciones sobre el cambio climático como «una farsa».
Y también ha dicho que EE.UU. dejaría de contribuir al fondo de Naciones Unidas para programas en contra del calentamiento global.
En realidad ningún país por sí solo puede derogar el acuerdo de París, pero si EE.UU. se retira del mismo -o decide no seguir adelante con las medidas ya anunciadas por la administración Obama- el pacto se vería seriamente afectado.
Y Trump también se ha declarado a favor de más perforaciones en búsqueda de combustibles fósiles, menos regulaciones y la aprobación del polémico oleoducto Keystone XL desde Canadá.
3. Fronteras
Si bien su retórica ha sido fundamentalmente anti-inmigrante, Trump ha modificado su posición sobre el tema antas veces que resulta difícil saber si realmente tratará o podrá ejecutar algunas de sus propuestas más radicales.
La promesa de un muro en la frontera con México es sólo una de varias medidas anti-inmigrantes.
Su campaña empezó con la promesa de construir un muro en la frontera entre EE.UU. y México y deportar inmediatamente a 11 millones de migrantes indocumentados.
Luego suavizó el lenguaje para amenazar nada más a los «millones» de criminales que viven en EE.UU. y decir que la situación del resto de la población indocumentada se abordaría más adelante.
Pero se ha mantenido firme en su promesa de que obligaría a México a pagar por el muro, aunque no dijo cómo cuando visitó al país en agosto pasado.
También habló de impedir la entrada de musulmanes al país de forma «total y completa, aunque luego dijo que eso había sido nada más una sugerencia.
Más recientemente habló de practicar una investigación de antecedentes «extrema» a los potenciales visitantes de algunos países, pero sin identificar a los mismos.
4. OTAN
Trump ha criticado duramente a la Organización del Tratado Atlántico Norte, calificando a la alianza militar de «obsoleta» y describiendo a sus miembros como unos aliados malagradecidos que se han aprovechado de la generosidad estadounidense.
Para Trump, la OTAN es «obsoleta».
Según él, EE.UU. no puede seguir permitiéndose proteger a los países de Europa -y Asia- sin recibir a cambio una compensación adecuada.
Y ha llegado a sugerir que las tropas estadounidenses podrían abandonar esos países si estos no pagan.
En un sentido, Trump simplemente ha estado expresando en términos claros una vieja preocupación estadounidense: que la mayoría de miembros de la OTAN no está cumpliendo con el compromiso de gastar el 2% de su PIB en defensa.
Pero muchos han llegado a preguntarse si sería capaz de abandonar una alianza que ha sido central para la política exterior de EE.UU. por más de 60 años.
5. Rusia
El ahora presidente electo de EE.UU. ha dicho que cree poder reducir la tensión con el gobierno de Vladimir Putin, al que ha descrito como un líder fuerte con el que le gustaría tener una buena relación.
Trump cree que tendría buenas relaciones con Putin.
Trump no ha dado pistas de lo que esto último podría significar, más allá de un deseo de luchar juntos contra los militantes del autodenominado Estado Islámico.
Pero ha dicho que piensa averiguar si los rusos están dispuestos a ser «razonables», confiado en que puede ganarse el respeto de Putin más fácilmente que Hillary Clinton y el actual presidente, Barack Obama.