La comunidad internacional sigue indignada ante el conocimiento de todas las torturas a las que fue sometido el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo por agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
La presidente de la ONG Control Ciudadano, Rocío San Miguel, dijo en Twitter que el militar fue «brutalmente torturado hasta ocasionarle la muerte». «La rabdomiólisis tiene entre sus causas el aplastamiento, la tortura, traumatismos y electroestimulación. Con este informe debe cambiar el delito imputado a los presuntos autores», manifestó.
El periódico ABC consignó que los hallazgos médicos filtrados por el director de actuación procesal del Ministerio Público en el exilio, Zair Mundaray, revelan que el capitán de corbeta tenía fracturadas 16 costillas, el tabique nasal y un pie. Además, presentó excoriaciones en hombros, codos y rodillas; hematomas en los abductores, lesiones similares a latigazos en la espalda y signos de quemaduras en ambos pies, que se presumen de electrocución.
Fuentes militares conocedoras del caso dijeron al mismo diario que el mayor Alexander Gramko Arteaga, director de Asuntos Especiales del Dgcim, «es el ejecutor de las operaciones de tortura y procedimientos especiales». Bajo su mando se realizan las «desapariciones forzadas y ejecuciones contra los militares enemigos del régimen». Según estas fuentes, en Gramko recayó la orden de torturar que acabó con la vida del capitán. «La dirección de asuntos especiales no hace nada sin que Nicolás Maduro lo autorice. Fue creada para hacer trabajos única y específicamente para el presidente», detallan.
Es importante recordar que Gramko Arteaga egresado de la EFOFAC en el año 2004, II Promoción Toma de las Flecheras, el mismo que dirigió la masacre contra Oscar Pérez y su grupo. Su labor de sicario del régimen de Nicolás Maduro también quedó desvelada en boca del diputado Américo De Grazia, quien indicó que tenía la tarea de «extinguirle» o «desaparecerle» luego de las amenazas de Maduro en cadena de radio y TV.
Otro dato que estremece es que Gramko Arteaga tiene a su cargo centros clandestinos de detención llamados «casas seguras» para torturar y hacer desaparecer a los opositores del régimen. «Acosta Arévalo murió por no saber más», dijeron los informantes a ABC. Y contaron que desde el inicio todo fue cruel pese a que había funcionarios retirados que no representaban «ninguna amenaza».
Los otros implicados
El jefe de contrainteligencia de la Guardia de Honor, Asdrúbal Brito Hernández también participó en las torturas.
El mayor general Iván Hernández Dala, director del Dgcim y jefe de la guardia de honor presidencial, es el principal responsable de llevar a cabo las torturas contra disidentes. Dirige el órgano represor más brutal de Venezuela y cumple con las órdenes directas de Maduro. Por su parte, el coronel Hannover Guerrero, responsable de la sede del Dgcim en Boleíta, Caracas; también tortura y se encarga de falsificar los expedientes contra los detenidos en sus instalaciones.
Luseph Barrios Olivares, jefe de la unidad especial, es el encargado de la casa de tortura ubicada en La Mariposa. Y Rafael Franco Quintero, jefe de inteligencia militar, fue apuntado por la abogada venezolana Tamara Sujú de ser cómplice «de los peores crímenes de lesa humanidad, entre ellos la tortura y violencia sexual a detenidos».
Los detenidos por el régimen de Maduro
La Justicia venezolana anunció la detención de dos militares por su presunta responsabilidad en la muerte del capitán. Los apresados son el suboficial Estiben José Zárate Zoto, de 22 años; y el sargento segundo Ascanio Antonio Tarascio Mejía, de 23 años. Ambos pertenecen a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada).
Un tribunal de Caracas ordenó prisión preventiva para estos dos militares «por su presunta vinculación en la muerte» de Rafael Acosta Arévalo, capitán de corbeta, y «quien se encontraba detenido en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim)», señaló el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en un comunicado.
Zárate Zoto y Tarascio Mejía, quien además ostenta el rango de teniente, fueron acusados de «homicidio preterintencional» y permanecerán recluidos en el mismo lugar donde estuvo detenido el capitán fallecido. De acuerdo con informaciones de la prensa venezolana, Acosta Arévalo fue detenido el pasado 21 de junio por funcionarios de la Dgcim, sin que se indicaran entonces los motivos de su aprehensión.
El régimen de Maduro denunció que desactivó un golpe de Estado que se produciría entre el 23 y 24 de junio y que incluía el asesinato de los principales líderes del chavismo, entre ellos el propio presidente. Un día después el fiscal general informó de que Acosta Arévalo formaba parte de la conspiración y que estaba siendo investigado junto a otros 13 civiles y militares.