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Si en algo se esfuerza el comunismo es en transmitir ideas, en dar el significado justo a cada palabra y a cada frase.
Lo de ellos es la propaganda, el mensaje. No en vano son capaces de mantenerse en una charla por horas intentando desaparecer de la faz de la tierra el término «clase media» y sustituirlo por el que consideran correcto: «clase obrera».
Pero eso es solo una forma encubierta de transmitir los mensajes profundos, los verdaderos, los que quieren que tengan calado para lograr por la vía de la fuerza y el conflicto lo que no consiguen con ideas y votos.
Es lo que hizo Arantxa Tirado el pasado sábado 28 de agosto de 2019 en Fiesta del Partido Comunista Español (PCE) durante el debate «¿A quién vota la clase trabajadora?» que compartió con Alberto Garzón.
La ‘Pablo Iglesias del chavismo catalán’ dejó ver su desprecio por la democracia y la tolerancia al decir:
«El año pasado, por ejemplo, saliendo de Vallecas, en la fiestas del PCE, el domingo, al ir a coger el metro, nos encontramos una mesa de VOX, repartiendo publicidad, aunque sabemos que la mayoría de la gente de Vallecas no vota a VOX, pero solo que haya un, dos, tres, cien vecinos de clase trabajadora que vote a gente que son sus verdugos, en términos políticos y económicos ya es preocupante».