«Quien con un cojo va al cabo del año cojeará». Ésto le ha sucedido a la ‘Pablo Iglesias del chavismo catalán’, Arantxa Tirado. La politóloga siguió la torpeza del dictador Nicolás Maduro durante una entrevista realizada por Luis Hernández Navarro en México. En un intento desesperado por defender a la dictadura bolivariana, Tirado afirmó que «he escuchado con mis propios ojos que no hay pan en Venezuela», una afirmación que ha recordado a otras ‘grandes frases’ del dictador chavista como han sido: «Vamos a repartir gratuitamente 35 millones de libros y libras para los escolares»; «No dudé ni un milímetro de segundo»; “Así como Cristo multiplicó los penes”; y «Demasiada coincidencia que maten a alguien y al día siguiente esté muerto».
Al margen de la desafortunada frase, la ‘Pablo Iglesias del chavismo catalán’ ha aprovechado su visita por México para comercializar su libro ‘Venezuela más allá de mentiras y mitos’, donde intenta negar la existencia de una censura mediática en Venezuela o de la vinculación del régimen chavista con el narcotráfico, a pesar de que existen pruebas evidentes sobre el cierre de medios de comunicación, compra de canales de televisión o presiones sobre periodistas y directivas, sin olvidar la evidente relación con el negocio de la droga que quedó evidenciado con la detención de los ‘narcosobrinos’ en Estados Unidos.
La defensora de la dictadura venezolana ha querido quedar a la altura de Íñirro Errejón y, aunque no ha afirmado que los venezolanos «comen tres veces al día», sí ha afirmado que la falta de los alimentos y medicamentos son una creación mediática que nada tiene que ver con la realidad de los venezolanos. En este sentido, se ríe de todas aquellas familias venezolanas que deben hacer malabares para comer una vez al día o para intentar que sus hijos no mueran de hambre en las calles del país. En la misma línea, niega que exista un desastre económico en Venezuela, dejando a un lado tanto los informes del FMI y del Banco Mundial como el hecho de que el país padece la inflación más alta del mundo y que el propio Banco de Venezuela ha tenido que ocultar las cifras oficiales para evitar dejar en evidencia el fracaso bolivariano.
Lejos de ser consciente de la crisis que se vive en Venezuela, Tirado admitió en la entrevista que mira para otro lado cuando observa los fallos de la revolución bolivariana. «Podría ser más autocrítica, pero me sabe mal hacerlo porque sería ayudar al enemigo», afirmó. En este sentido, admite que como «comunista y socialista» su trabajo está en ayudar al posicionamiento y permanencia de la dictadura bolivariana, al margen del impacto negativo que está teniendo para una población que ya cuenta con más de cuatro millones de refugiados.