Nervios en el núcleo de la dictadura chavista. En la pantalla de un televisor se repite la escena de una película americana: un grupo de marines desciende por la azotea y, en menos de 10 minutos, captura al “objetivo”. Mientras esto sucede una y otra vez en cientos de películas, fuentes revelan que Nicolás Maduro teme que esa escena se haga realidad o que, peor aún, se produzca un desenlace similar a la muerte del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, ocurrida el 2 de mayo de 2011 en Abbottabad, Pakistán; o las más reciente, las de los jefes de Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi y Abu Saeed al-Iraqi, en la provincia de Idlib, en Siria, en octubre de este año.
La delación llevó a la fuerza especial de Estados Unidos hasta los lugares donde estaban los cabezas de los grupos terroristas más buscados en el mundo. No en vano, cada noche, revela la fuente, Maduro sale de Miraflores –conduciendo una camioneta Toyota, año 2019, para desviar cualquier ataque hacia los acompañantes– y suele dirigirse a “casas de protección”, como han bautizado el búnker en Fuerte Tiuna, una casa en El Paraíso, y otras tres en el oeste de Caracas.
El despliegue de seguridad es conocido por pocos, en un intento por evitar que la información se filtre, pero algunos documentos secretos y confidenciales del Ministerio de la Defensa y los errores cometidos en su aplicación, han permitido ponerlos al descubierto.
El dispositivo de seguridad fue diseñado por Casa Militar, que lo canaliza y supervisa desde el Palacio Blanco, al frente de Miraflores, pero obedece a una advertencia hecha por el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), sobre la eventualidad de que ocurra una “maniobra quirúrgica o una extracción de un ‘objetivo estratégico’” por un comando especial militar de Estados Unidos.
“Los gringos entrenan, Maduro tiembla”
El Ceofanb ha hecho, desde enero hasta ahora, un seguimiento a los entrenamientos militares norteamericanos, no solo en América Latina, sino en su propio territorio para detectar cuál podría ser la fórmula que usarían en caso de que decidan sacar a Maduro y a su entorno del poder en Venezuela. Hasta la fecha, la inteligencia militar venezolana reporta cinco operativos de Estados Unidos, ejecutados por el Comando Meridional o Comando Sur (Southern Command) y la fuerza castrense norteamericana:
1) “New Horizont”, relacionado con la ayuda humanitaria en América Latina, aunque este año se dedicó a los millones de venezolanos que huyen del país. Entre mayo y agosto de 2019, militares de Estados Unidos efectuaron ejercicios de asistencia cívico-humanitaria en Guyana y Guatemala; son tropas especializadas en ingeniería, construcción y atención médica que brindan servicios a comunidades selectas.
2) Trade Winds (Vientos Alisios), con el cual se interrelacionan las agencias militares (Comando Sur, Guardia Costera, reservas de la Armada, Ejército, Naval y Guardia Nacional) y seguridad estadounidenses con 20 naciones aliadas, como Colombia y Brasil, en su lucha por la democracia en América Latina, advierte el Ceofanb. No obstante, el Comando Sur lo califica como un ejercicio de capacitación centrado en el Caribe para responder ante desastres naturales y las amenazas terrestres y marítimas.
3) Enduring Promise consiste en la cooperación humanitaria con un buque hospital (U. S. Navy Hospital Ship USNS), que ha ofrecido asistencia médica en 18 naciones el Caribe, Centroamérica y Suramérica. Desde junio de este año recorre América Latina y se ha centrado en ayuda a los venezolanos que huyen del país por la crisis social, económica y política.
4) Unitas recién se expresó en una serie de ejercicios militares entre el Ejército de Colombia y la Marina de Estados Unidos. De carácter marítimo multinacional, se hace anualmente en América Latina y el Caribe. Unitas Atlantic y Unitas Amphib LX fueron recibidos en Brasil entre el 19 y 30 de agosto e incluyó entrenamiento de las fuerzas navales y marinas estadounidenses con militares de 13 países.
5) Una serie de prácticas de toma de una ciudad, en este caso Long Beach, California, en febrero de este año.
Oficiales que tuvieron acceso a los documentos calificados de confidenciales por el Ceofanb indican que este puso su mirada y atención en esta última acción militar en territorio norteamericano por varias razones: consta de asaltos aéreos, técnicas de inserción aerotransportada de fuerzas especiales, operaciones de extracción contra objetivos estratégicos u operacionales de alto valor y asalto anfibio. “Los gringos entrenan, Maduro tiembla”, ironizan los militares.
El 4 de febrero, la Armada de Estados Unidos simuló una situación crítica en Los Ángeles con sobrevuelos de helicópteros Black Hawk, fuerzas especiales, toma de edificaciones y explosiones ruidosas, como consta en reportes de medios nacionales y regionales. La actividad fue coordinada con las autoridades locales, sectores privados y ciudadanos.
La instancia castrense, que controla las armas en Venezuela, admite en sus informes el peso de las presiones diplomáticas y económicas contra el régimen de Maduro. Sin embargo, como es natural, encienden las alarmas ante la inminencia de un conflicto militar y cita los ejercicios en California como un hecho que puede darse en Venezuela. “El Ministerio de la Defensa y el Ceofanb saben, y así lo expresan en los distintos partes, memorandos y radiogramas internos: la potencialidad del uso del instrumento militar es igualmente válido”, revelaron las fuentes castrenses.
La cúpula de la FANB visualizó la forma cómo podrían ingresar los norteamericanos en Venezuela, mediante “asaltos estratégicos” y que, para ello, usarían las fuerzas armadas de Colombia. La razón: la Marina de Estados Unidos durante todo el año ha participado en los ejercicios mencionados junto a fuerzas aliadas, señalan los documentos del Ceofanb que recoge notas de prensa de la región, en especial de Colombia, e informes diplomáticos.
En Long Beach quedó en evidencia que las Fuerzas Especiales de Estados Unidos se entrenan para la extracción de personalidades y líderes políticos. De manera simulada, el servicio armado puede encontrar a quien sea cuando se desplace en el extranjero”, indicaron las fuentes militares. Esto explicaría el porqué la FANB recurre a las maniobras castrenses y el porqué Maduro, Diosdado Cabello y Tareck el Aissami, entre otros personajes sancionados por Estados Unidos, han optado por no viajar a territorio norteamericano e incluso a Europa, y por seguridad solo se atreven a ir a Rusia, Asia (China) y aquellas naciones que les garanticen que no serían detenidos o entregados a la justicia internacional.
De hecho, Maduro no asistió a la Asamblea General de la ONU el 12 de septiembre y, en su lugar, viajó a Moscú. “Este año no voy a ir. Este año me quedo con ustedes trabajando aquí en Venezuela, bien seguro y bien tranquilo”, expuso sin entrar en mayores detalles.