Nicolás Maduro no sólo es bueno para violar los Derechos Humanos y generar una crisis humanitaria, sino también para confundirse con facilidad frente a las cámaras. Uno de sus momentos más importantes fue cuando, en 2016, el dictador venezolano confundió a Pablo Casado con uno de los esbirros españoles del chavismo. Durante un acto público, el tirano bolivariano dio el turno de palabra al periodista galardonado por el chavismo Fernando Casado pero, en lugar de decir su nombre, mencionó al actual líder del Partido Popular (PP).
Fernando Casado demostró que no estaba dispuesto a morder la mano que le da de comer y no corrigió al dictador venezolano. Al contrario, se puso de pie para comenzar a alabar al régimen sangriento y a su sucesor: Hugo Rafael Chávez Frías. El periodista español comenzó su patética presentación diciendo: «Se nota en este aire en este agua y en este fuego que Chávez está con nosotros». Frente a los líderes de la ‘revolución bolivariana’ afirmó que «estamos en guerra señor presidente. Es una guerra invisible, una guerra de cuarta generación, que causa muchos muertos y nos quiere dejar sin comida y quiere acabar con la joya de la revolución que es Venezuela».
El periodista, que se derritió en alabanzas a la dictadura venezolana, aprovechó su intervención para atacar a España: «En España, la solución a la crisis se ha saldado, entre otras muchas tropelías, echando a la calle a más de 400.000 familias por no pagar las hipotecas. Aquí en Venezuela, en un momento de crisis, se han construido más de un millón de viviendas». En este sentido, considera que la tiranía bolivariana es más eficiente que un gobierno democrático, por lo que terminó de intentar de agradar al régimen chavista afirmando que «son una inspiración» y que «nos da igual que nos vinculen con la dictadura de Maduro, porque esto no es una dictadura, es una democracia de verdad».
