Los pobres trabajadores que las están pasando canutas no tendrían que haber pagado de su bolsillo las demasías de ese ni de ningún otro modélico empresario
El caso Díaz Ferrán-Air Comet, esto es, el del atropello navideño de miles de viajeros, la mayoría inmigrantes sudamericanos, pone de relieve no sólo el modelo empresarial dominante en la CEOE, de la que es presidente el modélico patrón que debe las nóminas a sus empleados, que no paga a los acreedores, ni proporciona a los clientes el servicio que han abonado, sino otro de los numerosísimos agujeros negros de nuestro sistema político, el de la falta de control y de respuesta estatal o gubernamental ante las conductas antisociales de altos vuelos, auto-cancelados en el caso que nos ocupa.
Que el Gobierno se haya hecho cargo, más tarde y mal que pronto y bien, de los pasajeros varados en Barajas porque a la dirección de Air Comet no le dio la gana llevarlos a su destino, no sólo se comprende, sino que se aplaude, pues esa gente no tiene ninguna culpa, sino antes al contrario, de trabajar y vivir en el país del sálvese quien pueda, pero lo que no se comprende es que el responsable de ese caos, de todo ese sufrimiento, de los encuentros malogrados de tantas familias, de tantas vacaciones a hacer puñetas, de tanto perjuicio material y moral, ande por ahí como si tal cosa, gozando del muelle chin-chin de las fechas, sin que se sepa que alguna instancia oficial, la que sea, le haya siquiera convocado para dar explicaciones, o, cual dictaría la justicia natural, algo más que explicaciones.
Quien daña a la comunidad en las personas de sus miembros, y más si éstos pertenecen al número de los más vulnerables y, por tanto, más necesitados de protección, debería responder inmediatamente de sus actos, tanto más si el costo económico derivado de ellos pudiera extraerse de urgencia de su peculio personal, que no es sino el destino último del de sus empresas.
De ese modo, es decir, si no estuviéramos rodeados de agujeros negros, los pobres trabajadores que las están pasando canutas no tendrían que haber pagado de su bolsillo las demasías de ese ni de ningún otro modélico empresario.