Lo cuenta con todo detalle F. Javier Barroso en ‘El País’. Desvela el periodista queentre 150 y 180 euros. Eso es lo que tenían que conseguir al día, como mínimo, las 12 mujeres rumanas que eran obligadas a prostituirse en el polígono industrial de Marconi, una zona del distrito de Villaverde de Madrid considerada núcleo duro de la prostitución callejera desde hace años.
Entre las mujeres estaban la hija de la supuesta cabecilla de la organización, de solo 14 años, y una amiga suya, de 16, cuya desaparición fue denunciada por su familia hace unos días en Leganés.
Los padres creían que se había fugado con su novio, también de nacionalidad rumana. La policía ha detenido a siete miembros de esta red de proxenetas, de los que seis han ingresado en prisión provisional sin fianza y el séptimo se encuentra en libertad con cargos.
Además, otras seis personas están imputadas. Se autodenominaban ‘La brigada negra’.
Las mujeres vivían en tres pisos próximos al polígono industrial y eran vigiladas permanentemente para que no pudieran huir.
Los responsables de la banda residían en otra vivienda. Las víctimas siempre eran trasladadas en coches o en transporte público hasta el lugar donde ejercían la prostitución.
En caso de que no consiguieran el dinero a que les obligaba la organización, les sometían a brutales palizas que les obligaban permanecer en casa varios días sin trabajar hasta que se les curaban los moratones.