Ante la cantidad de ratas que acechan esos puestos sólo un gato podrá poner orden. El candigato no promete nada más que los demás candidatos: Descansar y retozar
Casi desde su primer «miau» político, el candidato gato -el «candigato», en corto- Morris se convirtió en un fenómeno electoral en México.
Esta invención de unos electores cansados de la política tradicional tiene más seguidores en redes sociales que algunos de sus rivales humanos. Y en ello, ha logrado un hito envidiable para cualquier político: tener a todos hablando de él.
La historia viene así: el próximo 7 de julio de 2013 hay elecciones en el estado de Veracruz y otras 13 entidades regionales.
En la localidad de Xalapa, dos jóvenes -que hasta ahora la prensa local ha identificado por sus nombres de pila, Sergio y Daniel- propusieron postular a su gato como candidato a la alcaldía.
«Ante la cantidad de ratas que acechan esos puestos sólo un gato podrá poner orden. El candigato no promete nada más que los demás candidatos: Descansar y retozar», dice el eslógan de campaña.
Un nombre en la boleta
La postulación de Morris es virtual. Lo que proponen sus promotores es que los votantes escriban su nombre en la papeleta de votación, en vez de marcar una de las opciones oficiales.
Sin embargo, su «comando de campaña» pide no votar por él sólo porque se trata de un gato.
El llamado es a quienes «han perdido la fe en la clase política», a quienes sienten que su voto no ha sido respetado y quienes no están convencidos de los candidatos normales, entre otros.
«Yo soy un gato y no hago mucho. Pero puedes usar tu voto por mí como protesta», dice en su página de Facebook, que al cierre de esta nota contaba con más de 80.000 «likes».
Para algunos, algo huele mal en torno a Morris, y adscriben su candidatura a una campaña sucia para afectar a los verdaderos candidatos.
«No sabemos de dónde viene (Morris), pero tampoco tengo duda de que venga a ser una contra campaña, porque obviamente va en contra del gobierno municipal», declaró Carlos Aceves, portavoz de un candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la alcaldía de Xalapa, según reflejó el diario mexicano El Universal.
«Como puntada está bien, pero es una falta de respeto a la gente», dijo, por su parte, el portavoz del Partido de Acción Nacional (PAN), Julen Rementería, citado por el mismo periódico.
Para otros, se trata de un fenómeno inevitable, resultado de las redes sociales. El presidente del XV Consejo Distrital Electoral, Samuel Trujillo, lo calificó de «chusco» y pidió a los votantes que no desperdiciaran su voto en el felino, que se dará por inválido.
Vencer la abstención
Pero Morris presta oídos sordos a las críticas y sigue adelante con su campaña al estilo más gatuno. Sus dueños no tienen intenciones de interrumpir su rutina con mítines políticos ni apariciones públicas de ninguna clase.
En cambio, estos verbos -descansar y retozar- parecen haber sido excluidos de las vidas de Sergio y Daniel.
Según comentaron en una entrevista al periódico Milenio, nunca anticiparon que Morris se convertiría en un candigato tan popular.
Ahora están inundados de mensajes, a razón de siete por minuto, y apenas empienzan a comprender las ventajas y los costos de la fama.
«Nos han dicho de todo en los mensajes, que si es una burla o que está muy padre, otros nos ofrecen tener nuestra propia página de internet gratis».
En uno de tales correos, BBC Mundo pidió permiso para usar sus imágenes y formuló alguna pregunta a Morris. Y aunque obtuvo respuesta afirmativa para lo primero, no logró declaración alguna.
Sin comentarios, suponemos, diría el candigato. Seguramente ocupado descansando o retozando.