Herb Wesson reconoce que su hijo tiene problemas con las drogas

Un reconocido político de EEUU busca a su hijo entre quienes viven en las calles

Un reconocido político de EEUU busca a su hijo entre quienes viven en las calles
Herb Wesson busca a su hijo en Skid Row.

Estados Unidos vuelve a mostrar una cara insólita de su población y sus políticos. Herb Wesson, el expresidente de la Asamblea de California y presidente del Concejo de Los Ángeles, ha hecho público un vídeo en el que se le ve transitando por los barrios marginales de Los Ángeles con un único objetivo: encontrar a su hijo.

Para Wesson, uno de los políticos más poderosos de esa gran urbe, ahora mismo hay una prioridad: encontrar a Doug, de 50 años, quien vive entre carpas, malos olores y peores compañías en el barrio de Skid Row. El veterano político lleva una foto de Doug en la mano, que muestra a cada rato cuando se cruza con alguien que podría conocerlo.

En un condado donde casi 60.000 personas viven sin hogar, Wesson sabe que hallar a su hijo no es tarea fácil. Pero el video de su deambular por estas calles forma parte de su campaña por el puesto vacante en la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, cuya votación tendrá lugar en marzo próximo.

Durante los 90 segundos que dura el video, la voz de la esposa de Herb Wesson explica cómo el político busca reencontrarse con su hijo mayor, adicto a la droga, pero también lo muestra apegado a la gente más necesitada, capaz de entender sus problemas y de representarlos en el Segundo Distrito de Los Ángeles.

Según un reporte de Los Angeles Times, los problemas de Doug comenzaron cuando tenía poco más de 20 años, tras ser diagnosticado con bipolaridad y pasar por una depresión intratable. Fue entonces que el joven, como apunta su propio padre, comenzó a “automedicarse” y se marchó de casa por largas temporadas.

Por ello Wesson sabe lo que es aparecerse en estas calles signadas por la delincuencia y el desamparo. “Al principio tenía miedo —admite para el reportaje del diario angelino—. Pero ya no tengo”. “Es difícil de describir, pero ahí hay una comunidad y ellos se cuidan entre sí”, abunda el político de 68 años.

Durante décadas, Wesson solo les contó los problemas de su hijo a un pequeño grupo de amigos y familiares. “Quería actuar como si no hubiera sucedido, como si él no existiera”, admite. Pero a medida que se ha agudizado la crisis de los desamparados en Los Ángeles, le dedicó mucho más tiempo a conversar con quienes habían perdido a sus seres queridos en las calles.

“Escuchas sus historias y quieres compartir con ellos, quieres relacionarte —dice—. Pero no puedes hacerlo si estás guardando un secreto”. Hace unos años, el tratamiento médico y el apoyo familiar de Doug finalmente empezaron a funcionar. “Lo estaba haciendo bien —recuerda—. Tenía un pequeño departamento con un compañero de cuarto. Tenía novia. Tuvimos bodas, eventos familiares, una fiesta de cumpleaños para mi esposa. Pensé que esto era todo, que había superado el problema”.

Luego, tras casi dos años de tranquilidad, Doug recayó y desapareció nuevamente en las calles. “No lo volvimos a ver en siete semanas”, lamenta el padre. “Cuando esto le sucede a la familia, pasas por una montaña rusa de emociones”, admite. “Cuando se está criando a un hijo, nadie piensa que va a terminar en Skid Row”.

Sin embargo, las imágenes con las que Wesson está haciendo campaña como político y padre amoroso también revelan el fracaso de su gestión como presidente del Concejo y la urgente necesidad de una solución a la crisis generada por la falta de vivienda en la ciudad. “¿De quién es la responsabilidad de asegurarse de que personas como Doug estén seguras, protegidas y que reciban la ayuda que necesitan mientras luchan contra sus demonios?”, le pregunta la periodista.

“Creo que todos tenemos que asumir la responsabilidad —dice—. Subiré la montaña más alta y asumiré mi parte de responsabilidad”. Sobre el video de campaña, el candidato insiste en que “mientras más personas sepan cómo es realmente [la vida de los desamparados], más se comprometerán a resolverlo realmente”.

Wesson tiene claro que, ante un problema familiar como el suyo, la familia no debe aislarse. Puesto que la adicción es una enfermedad continua, algo con lo que tiene que lidiar todos los días, la vergüenza dificulta la curación. También debemos estar listos para cuando un adicto decida aceptar ayuda. Por ello es necesario crear más programas de tratamiento de adicciones o de salud mental.

Sabe además que si el presidente del Ayuntamiento no puede encontrar ayuda para su hijo, incluso con todos los recursos a su disposición, a una persona común le será mucho más difícil. Por último, cree que los expertos deben estar en las calles, no en centros de estudios ni edificios gubernamentales, ya que hay que hay que escuchar a las personas sobre el terreno.

“Necesitábamos hacer algo radical —cuenta Wesson sobre el video grabado en Skid Row—. Quería personalizar el problema, que la gente supiera cómo es”.

Tras la grabación y el reencuentro con su padre, Doug volvió a desaparecer. “Estábamos tratando de llevarlo a rehabilitación, pero desapareció por varias semanas”, lamenta.

Al final se volvieron a ver el fin de semana antes del Día de Acción de Gracias. “Estuvo aquí el sábado y desapareció el domingo —dice—. Pero lo encontraré de nuevo”.

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