El Gobierno de la 'Reina del Botox' trata de hacer valer el carácter de buque de guerra de la fragata retenida, y por tanto el amparo de que goza a tenor de las leyes internacionales
Aunque llevamos bastante aprendido sobre el endeudamiento público y los riesgos de vivir a crédito, nunca se termina de saber lo suficiente sobre los tenedores de la deuda soberana.
De ahí la sacudida sufrida por Argentina al enterarse de que un bien simbólico y conocido por la población se queda inmovilizado en el extranjero y que ni siquiera el Estado es capaz de impedirlo.
Así ocurre con la fragata Libertad. El precioso buque escuela argentino, en el que se han formado miles de marinos, zarpó el pasado 2 de junio de 2012 de Buenos Airespara emprender su viaje número 43.
Portaba en sus 183 metros de eslora a 289 marinos argentinos más 23 graduados de Uruguay y de Chile y 13 invitados.
La Libertad recalaría en Salvador de Bahía el 14 de junio, en Paramaribo (Surinam) el 2 de julio; en Georgetown (Guyana) el 6 del mismo mes; La Guaira (Venezuela), el 13; Funchal, capital de la isla portuguesa de Madeira, y Lisboa (Portugal), el 7 de agosto.
A Cádiz llegaría el 22 de agosto, a Casablanca el 30, a Las Palmas de Gran Canarias el 9 de septiembre. Y a Tema, en Ghana, el 1 de octubre.
Y ahí, en el Golfo de Guinea, llegó lo impensable. Hartos de las bravatas de Cristina Kirchner y de la costumbre de no pagar dedudas que tienen los políticos argentinos, los acrreedores internacionales confiscaron el buque.
Los abogados del fondo de inversión NML, que reclaman a Argentina una deuda de 284 millones de dólares (218 millones de euros) más intereses, escrutaban el itinerario. Lo hacen desde hace bastantes años, cada vez que hay algún viaje oficial de Argentina.
Su táctica consiste en tratar de confiscar cualquier bien del Estado argentino que recale en el extranjero. Así que solicitaron el bloqueo del barco en un tribunal de Nueva York, el juez de Nueva York trasladó el pedido a otro de Ghana y desde el 2 de octubre la Libertad permanece confiscada en el puerto de Tema con sus 289 marinos argentinos, más los invitados.
El fondo pide una fianza de 20 millones de dólares que el Gobierno argentino se niega a pagar. Mientras tanto, la estancia en el puerto cuesta unos 50.000 dólares por día. El fondo se ha ofrecido a pagar el pasaje en avión de todos los tripulantes, pero el Gobierno argentino no ha aceptado.
En 2001 y 2002, Argentina sufrió la mayor suspensión de pagos de la historia. El grueso de los acreedores aceptó quitas importantes, pero un fondo norteamericano insiste en recuperar todo lo que entiende que le corresponde.
Una misión oficial argentina ha fracasado en el intento de conseguir que Ghana libere el barco sin pagar la fianza exigida por un juez.
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner grita histético que no va a pagar a un «fondo buitre», tal como califica a su acreedor.
Los nervios se desatan en Buenos Aires, donde la Casa Rosada emitió un comunicado este 20 de octubre, casi tres semanas después de que empezase el vodevil:
«La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha decidido evacuar en forma inmediata a la totalidad de los tripulantes argentinos y no argentinos a fin de preservar su integridad y dignidad dejando a bordo únicamente al Capitán y una dotación mínima necesaria para atender a la Fragata mientras permanezca detenida en el puerto»
El Gobierno de la ‘Reina del Botox’ trata de hacer valer el carácter de buque de guerra de la fragata retenida, y por tanto el amparo de que goza a tenor de las leyes internacionales.
Ha ordenado varias destituciones en la Armada, tratando de señalar culpables entre las autoridades que organizaron el viaje del Libertad sin tener en cuenta los puntos débiles donde el viaje de instrucción podía convertirse en pesadilla.
No es la primera vez que los símbolos de una gran nación se ven mezclados con vulgares problemas del vil metal.
En 2000 y 2001, un inversor suizo trató de embargar un buque escuela y dos cazas de combate rusos en Francia, sin lograrlo, porque las autoridades de este país se las arreglaron para ahorrarle el ridículo a Rusia.
Por el contrario, Ghana no parece muy impresionada con Argentina. Debe doler más cuando este país acaba de obtener un puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Desde Buenos Aires, el periodista Francisco Peregil, recoge para ‘El País’ algunas de las reflexiones que se escriben estos días en la prensa porteña:
El lector Jorge Luis Cignani escribió esta semana en el diario argentino La Nación:
“La fragata Libertad está deshonrosamente confiscada por los mal llamados fondos buitre, a los que cuando les pedimos que invirtieran su dinero no recuerdo que se los llamara fondos paloma”.
En la misma sección de Cartas de los Lectores, escribía Santiago Beccar Varela:
“Como se ha instalado el uso de la denominación fondos buitre, me gustaría saber el por qué del insulto. Supongo que los bonos fueron emitidos por el Gobierno nacional por necesidad, y alguien los compró y pagó por ellos. Pagar a los tenedores de esos bonos si son de aquí y acusar a los de afuera de ladrones me parece un poco extraño. Alguien los tenía y los vendió. Ahora, si los debo, pero puedo zafar diciendo que son unos ladrones, por lo menos me parece arbitrario. ¿Alguien me puede dar una explicación coherente?”