La jefa peronista amenaza a todo el mundo a través de la radio y televisión nacionales
En uno de esos ‘días difíciles’ que todos tenemos, la presidenta peronista Cristina Fernández de Kirchner reprendió la noche del 6 de septiembre de 2012 tanto a aliados como opositores.
Y de la riña, queda para la hemeroteca, una frase inquietante:
«Sólo hay que tenerle temor a Dios y a mí, en todo caso, un poquito».
La increíble advertencia fue hecha en uno de sus habituales monólogos (no da conferencias de prensa) desde la Casa Rosada, transmitidos por cadena nacional de radio y televisión, una práctica que algunos analistas ya han bautizado como el «Aló Presidenta«, copia del «Aló Presidente» de Hugo Chávez.
«Sólo hay que tenerle temor a Dios y a mí, un poquito. Por lo menos los funcionarios que dependen de mi nombramiento. Es responsabilidad mía. Todos y cada uno de los funcionarios. He firmado los decretos. Notifico solemnemente en este acto a todo el Poder Ejecutivo, organismos autárquicos y satélites: cuando suceden situaciones de esta naturaleza se comuniquen conmigo para ver lo que está pasando».
Es la frase completa y formó parte de un extenso discurso en donde analizó los retrasos en las obras de la Acumar -organismo encargado del saneamiento del Riachuelo- por una disposición del juez Armella.
Y continuó:
«A mí lo que más me molesta es que no se hagan las cosas o que se hagan mal. Que ningún funcionario tenga temor o ponga excusas. Si pasa algo de esta naturaleza, vienen y me lo cuentan. Y permítanme que evalúe yo si es importante o no. Nunca me gustó que tomen decisiones por mí. Déjenme valorar a mí las situaciones. Es lo menos que merezco de ese funcionario, sea de la Acumar, de Obras Públicas, o de Ambiente».
Si bien la jefa de Estado no nombró a ninguno de sus colaboradores en particular, las críticas parecieron estar destinadas a los responsables políticos del saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo.
El juez Armella, encargado de ejecutar el fallo de la Corte Suprema sobre la limpieza del Riachuelo, está acusado de beneficiar a empresas con contratos millonarios. También deberá dar explicaciones ante la Auditoría General de la Nación.
Los viajes al exterior
En medio de las restricciones cambiarias y las quejas de los operadores del sector, la jefa de Estado repasó estadísticas oficiales que reflejaron un aumento del turismo receptivo y emisivo durante el mes de julio.
El dato que destacó la jefa de Estado es que los argentinos que viajaron al exterior gastaron un 25,9% más de dólares declarados.
«Y este es el año en donde tenemos problemas por la crisis externa que nos golpea, y lo estamos comparando con el 2011, un año en el que crecimos al 8,9 por ciento. Esto es lo que decía yo sobre los mitos urbanos».
Y completó:
«Estoy muy contenta porque hay muchos argentinos que han podido viajar y gastar más dólares. Si yo me hubiera detenido a escuchar todas las cosas que dicen, hubiera quedado como la mujer de la estatua de sal».
La Presidente destacó también que en agosto el superávit comercial alcanzó los u$s1.637 millones, completando así una serie de 10.040 millones en los primeros 8 meses del año.
Respuesta al titular de Techint
Durante su discurso, la Presidente también se ocupó de las críticas que días atrás vertió el titular del grupo Techint, Paolo Rocca, quien aseguró que desde 2008 el Gobierno «perdió el rumbo», que ya «no hay inversión en serio» y el país está «muy mal gestionado» y pierde competitividad.
La mandataria resaltó que el ingreso del asalariado en la Argentina es notablemente superior al de México y Brasil, otros de los países en donde ese holding tiene plantas.
También destacó que, comparativamente, ese dinero es más útil en el país:
«Se pueden comprar más bienes que en otro lado».
«Y si a eso le sumo la cantidad de subsidios, el combustible, el gas, el agua y la luz, estamos dando también salario indirecto a los trabajadores».
«Parece que el obstáculo para que vaya mayor competitividad laboral soy yo, que estoy acá».
Cristina Kirchner aludió a las palabras de Rocca en las que se mostró optimista de cara a 2017 y 2018. «¿Qué tendrán pensado para 2017 que se volverán competitivos?», se preguntó, y sugirió que en esa perspectiva los salarios de los trabajadores podrían recortarse.
Consideró, además, que esos cuestionamientos «son los problemas de haber instalado una Argentina más justa, más competitiva».
La jefa de Estado también rechazó las críticas en cuanto a la presunta falta de inversión en los últimos dos años. Replicó que el año pasado se registró «la inversión más alta de la serie, del 24,5%» del PBI.
En la misma línea, criticó que las objeciones hayan llegado de una empresa que tiene ganancias gracias a «una posición dominante» en el mercado, a la que calificó de «monopólica».
Y resaltó que la compañía recibe subsidios de parte del Estado.
«Hay que llamar a las cosas por su nombre, vamos a hablar de competitividad y también de posición dominante».
Al aludir a los grandes grupos económicos, aunque sin precisar cuáles, dijo: «Nada les alcanza y nada les conforma. O tal vez no sea algo tan sofisticado, quizás estaban acostumbrados a presidentes que les consultaban antes de tomar decisiones».
«Vivimos en una Argentina que todavía tenemos que trabajar muchísimo, que tenemos que seguir remando, pero el barco seguirá con la misma orientación. El barco lo vamos a conducir para que todos tengan las mismas oportunidades que vienen teniendo desde 2003».
Cadenas nacionales
Al final de su alocución, la mandataria se refirió a las críticas que generó el uso que hace de la cadena nacional. Argumentó que utiliza ese recurso para «rendir cuentas» y subrayó que son legales.
«No las uso para pedir que me voten (sino) para contar lo que no les quieren contar».