El Estado venezolano adeuda cantidades ingentes de dinero a compañías como ExxonMobil, Owen Illinois, Cemex y Tidewater
Escribe Alfredo Meza en el diario ‘El País’, este 22 de marzo de 2015, queLos venezolanos jamás olvidarán la mañana soleada del domingo 7 de febrero de 2010 cuando el entonces presidente Hugo Chávez expropió tres edificios en menos de cinco minutos en la manzana que rodea la plaza Bolívar de Caracas.
«¿Y a quién pertenece el edificio que está allá?», preguntaba Chávez al alcalde del municipio Libertador (centro-oeste de la capital venezolana) Jorge Rodríguez. Cuando el regidor respondía que estaba en manos privadas, el fallecido líder decía:
«Exprópiese».
Cinco años después de ese episodio, las consecuencias comienzan a sentirse en la economía local.
No solo se expropiaron edificios, sino empresas, tierras productivas y negocios que el Gobierno chavista consideraba estratégicos para el Estado venezolano.
Al principio de los 13 años del mandato de Chávez, la expropiación pareció una medida coyuntural y centrada en las tierras, pero después de que el caudillo bolivariano se declaró socialista en 2007, muy pocos quedaron a salvo de su escrutinio.
Las facturas sólo han hecho que empezar a llegar y en el peor momento para los chavistas, cuando el barril de petróleo está por los suelos, faltan en el país los bienes más esenciales, aumenta la presión internacional sobre el tiránico régimen y crece el descontento d ela poblaci´pon venezolana.
El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), el tribunal de arbitraje del Banco Mundial, ordenó pagar a la naviera petrolera estadounidense Tidewater 46,4 millones de dólares (42,96 millones de euros) más intereses por la nacionalización de sus activos en el país.
Con este último fallo, las obligaciones del Estado con sus acreedores ascienden a casi 3.000 millones de dólares (unos 2.700 millones de euros).
La firma venezolana Ecoanalítica calcula que en 2015 el flujo de ingresos en divisas sería de apenas 32.010 millones de dólares, tomando en cuenta un precio promedio del barril de petróleo de 45 dólares de dólares, una contracción de 51,1% respecto a lo estimado para 2014.
El dadivoso Estado venezolano necesita, según esta misma consultora, de 79.490 millones de dólares para funcionar.
El déficit, de 47.479 millones de dólares, refleja que aun cuando Maduro decida revisar su modelo económico y ajustar el gasto público, no se podrían atender todas las necesidades del país, ni siquiera las más básicas como las importaciones de insumos y productos de la canasta básica.
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