Con lágrimas en los ojos, el vicepresidente Nicolás Maduro anunció que el presidente de Venezuela murió a las 21:55h, hora española, cuando comenzaba la tarde en Caracas
Ha muerto Hugo Chávez. Tenía 58 años y gobernó Venezuela como quiso durante 14 años. Ahora el país contienen el aliento y sus 30 millones de habitantes, que sufren una criminalidad rampante y están profundamente dividos aguardan expectantes acontecimientos.
El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado este martes 5 d emarzo de 2013 en la televisión venezolana el fallecimiento del presidentea los 58 años.
«A las 16.25, hora local (21.55 hora española) de hoy 5 de marzo ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías».
El vicepresidente, emocionado y con lágrimas en los ojos, ordenó inmediatamente a través de la radio y un dispositivo militar y policial especial para garantizar lo que califico de «la paz» del país.
«Se ha previsto un despliegue especial de toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que en este mismo momento se encuentra desplegándose para acompañar y proteger a nuestro pueblo».
UNA LARGA AGONÍA
Desde que le fue detectado un tumor, en junio de 2011, durante una de sus visitas a La Habana, el caudillo bolivariano que gobernaba Venezuela desde 1999 fue operado cuatro veces, que se sepa, pero al final el cáncer fue más fuerte que él.
Chávez se sometió a tratamientos con radio y quimioterapia. aunque la mayor parte de la asistencia médica recibida fue mantenida en secreto.
En todo este tiempo incluso se negó a revelar qué tipo de cáncer padecía y qué órganos de su cuerpo habían sido afectados por la enfermedad.
Desde la vuelta del comandante a Venezuela, el 18 de febrero, los dos comunicados oficiales difundidos por las autoridades habían tenido un tono de pesimismo.
Ya el 21 de febrero, el propio Villegas admitió que la dificultad respiratoria persistía y que la evolución del paciente no había «sido favorable».
Desde el pasado viernes, corrían fuertes rumores sobre un agravamiento de la salud del presidente venezolano. La alocución de hoy del ministro Villegas parecía darle la razón.
Aun así, no había conseguido apaciguar otras expresiones de escepticismo creciente.
Con la muerte de Chávez desaparece uno de los políticos más influyentes y polémicos de América Latina de las últimas dos décadas. Además, deja en el aire el futuro del movimiento populista creado en torno a su figura, con el reto de llenar un vacío inmenso.
Chávez ganó las elecciones presidenciales el pasado 7 de octubre, en una campaña en la que dosificó sus apariciones. Debía jurar su cargo el pasado 10 de enero, pero ante la imposibilidad física de hacerlo el Tribunal Supremo del país permitió que ejerciera de presidente ausente.
Ni siquiera tras su regreso a Caracas, el pasado 18 de febrero, estuvo en condiciones de cumplir el trámite constitucional.
Su voz no volvió a escucharse desde que viajó a Cuba el 10 de diciembre
Antes de partir a La Habana para operarse por última vez, el pasado 10 de diciembre, Chávez trató de dejar la situación bajo control en Venezuela y designó como sucesor al vicepresidente, Nicolás Maduro, un chavista de primera hora, dirigente sindical, diputado desde 1999, ex presidente del Parlamento y ex ministro de Exteriores, quien demostró su lealtad a Chávez hasta el último momento.
«Si algo ocurriera, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no solo debe concluir el periodo, como manda la Constitución, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario, que obligaría a convocar a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente. Yo se los pido desde mi corazón», dijo Chávez en televisión en tono solemne, antes de desaparecer para el público durante más de dos meses.
Nadie volvió a verlo hasta que el 16 de febrero el Gobierno venezolano hizo públicas tres fotografías en las que se le veía en el hospital, sonriente con sus hijas y un ejemplar del diario Granma como fe de vida. Después, el secreto envolvió de nuevo al presidente al regresar a Caracas.
El Gobierno ha defendido una y otra vez que Chávez, hospitalizado y blindado, se encontraba con dificultades pero en vías de recuperación, y ha justificado el silencio del presidente en las secuelas que le provocaba tener que respirar por una cánula.
La ocultación había disparado el nerviosismo en Venezuela en las últimas semanas.
La Constitución venezolana prevé que ahora debe asumir provisionalmente el mando del país el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, hasta la convocatoria de nuevas elecciones.
Dirigente sindical, militante bolivariano y diputado desde 1999, ha sido presidente del Parlamento, ministro de Exteriores y vicepresidente ejecutivo. Demostró su lealtad a Chávez hasta el último momento.
El desvelo de Chávez fue que su ausencia no pusiera en riesgo la estabilidad del régimen:
«En cualquier circunstancia, debemos garantizar la marcha victoriosa de la revolución bolivariana, construyendo la democracia nueva, la vía venezolana al socialismo».